La
primera "semanita" de julio estuvo bien servida de caló, entre las olas de altas
temperaturas que anuncian alarmas naranjas, rojas y moradas. ¡Oye, que “age” el
de los programas de “El Tiempo”! en los que parecen sus alarmas como una carta
de colores de TitanLux, y además todos generan alarma, cuando ya baja al
amarillo empiezan con las de viento, independientemente que vengan del frio
norte o del caluroso Sahara, del fuerte poniente o el calentito levante. ¡La leche!
que seguros estamos con el tiempo, otra cosa es lo demás... por ejemplo: otra cosa es la
inseguridad social en la que nos mantienen.
¡Bien!
pues pese a las alarmas anduve por aceras de sol como cuando era un chaval: retándolo,
como desafiando a todas las alertas a todas las austeridades, a todas las
crisis o tal vez para sentirlas y superarlas. Al sol en la piel con toda su
fuerza, al fin y al cabo somos del sur y todos los veranos nos la vemos con el
sol. De igual manera que hay que desafiar a todas estas falsas alertas, toda la
vida vivimos en ellas desde generaciones y ya no me creo ninguna.
El
encuentro se produce justo entre el referéndum griego y los San Fermines, pero
ni de una cosa ni de la otra hablamos, al menos abiertamente; lo principal era el
encuentro en sí, recuperar y constatar que estábamos todos otra vez allí, sobre
todo un Alfonso repuesto y con talle de modelo de pasarela, con apetito y
disfrutando de puerros, porra antequerana y huevos y pimientos fritos. No obstante no haríamos justicia si
para identificar este encuentro no dejásemos una imagen de ese momento
histórico rotundo, en el que un pequeño país cambia el discurso de Europa y
obliga a que cantidad de asuntos obscuros se pongan en el candelero, órganos
que no existen formalmente como el Eurogrupo, que no levanta actas y que toma
decisiones que todos aceptan, la ausencia democrática en los protocolos, etc. ¿Dónde
nos hemos metido?.
Puerros aliñados:
Toda
la comida se fue preparando pero sin pruebas de cocina, dejándolo para poner en
mesa. Así esta entrada fresca del blanco al verde fue la primera de éxito. No,
no procedían del huerto de Gelves, nos aclararon.
De
manera que con un calor asfixiante empezamos a comer algo fresco, pero hay que
reflexionar que el obviar en la tertulia lo que estaba en todas las noticias y
en las primeras páginas de toda la prensa del mundo mundial pudo tener también otras
razones: tal vez nos reprimió la presencia de otro grupo de comensales que
formaron en un aparte su comida y sus asuntos, y desde el principio para ambos
grupos las tareas resultaron ajustadas en el espacio, cruces de pasillo, uso de
herramientas y una mesa que pese a su tamaño se quedó pequeña. Hubo por nuestra
parte un deseo de estorbar lo menos posible, como invitados, que se proyectó a
la hora de preparar la comida, porque ese es un momento especial de
calentamiento en el que se abren temas para la tertulia, amén de la caló, no
había cuerpo, mire usté.
Tomate aliñado con ajo:
En
paralelo tomábamos unos tomates con ajo picado, y lo del ajo tuvo su historia. Emiliano
preguntó que quién había cortados los ajos, cuyo tamaño eran como un tercio de
un diente. Pedro se adelantó diciendo que lo hace así para que no se expandiera
el sabor, dado que alguna gente les resulta fuerte el sabor del ajo. Emiliano
dice que lo prefiere bastante más picado y por eso yo los que me tocaron los trocee en ocho trozos el de Pedro para cubrir
el tomate y se expandiera el sabor.
¡Que
agobio! Alguna ventana estaba abierta para que entrara más calor, digo yo,
porque no era aire lo que entraba, sino flama. De ese modo la caló se hizo reina del lugar porque
además es que no funcionaba el aire acondicionado y nos tocó un ventilador para
los nueve. Nos acoplamos al sudor y esperábamos que en su giro de izquierda a
derecha y viceversa nos llegara la corriente de aire y sentirnos salvados (y aquí sí que NO
podemos sustituir el giro del ventilador al arriba-debajo de Podemos), por lo que
creo que además de lo dicho todo incidió para que la charla fuese ligera, a
veces cachonda y otras alegre como cuando Miguel narra esas historias-chistes
únicos, como hechos a mano, por su personal ingenio de interpretación y la gracia
o el angel "age" que hay que tener.
Porra antequerana con bonito:
(No,
salmorejo no, Porras que no es igual).
Las
porras las había hecho Gabriel, tenían una pinta magnífica y Alfonso se trajo
dos botes de bonito con unos lomos de buen ver, y entrambos los hicimos algo
más pequeños y los echamos a las porras. Eso sí no muy pequeños para que se
notase como buenos tropezones y también al pasarlos a la boca.
Todos
repitieron las porras que fueron elogiadas por Alfonso por el detalle y mimo de
pelar los tomates. Como el ejecutor había sido Gabriel pidió silencio y rogó a
Alfonso que repitiera en público su elogio, pero conociendo a Alfonso, pues eso
que… ya no sólo no fue igual, sino todo lo contrario. Gabriel perdió la oportunidad de ascenso en la cocina.
El referéndum griego
Pese
al sofoco, en un aparte y en medio tono
Alberto y Luis me comentaron que se sintieron muy contentos con el NO de Grecia.
Un NO que tenía mucho de genio ‘acumulado de años’ por los griegos, un NO para
que conste, para que quede en la historia que el pueblo llano está por encima
del abuso, injusticia y la indignidad de sicarios y corruptos, y que pese a
la incertidumbre de su futuro, el cierre
de bancos dicen un NO tan rotundo como del 61%. ¿Imaginamos que resultado
hubiese salido sin el corralito, sin las intervenciones sesgadas de los
europarlamentarios de la socialdemocracia y no digamos de los mensajes del
miedo de los neoliberales, en la más auténtica utilización de la “Doctrina del
Shock”, alemanes a la cabeza?. Hubiesen
superado el 80%?.
Que
magnificas las caras y las poses (ni las máscaras del teatro griego), que bien reflejan la mala hostia, desprecio y
casi odio esos personajes que no esconden nada ante las cámaras sino todo lo
contrario se jactan y exhiben ante ellas, ante el mundo: niñato socialdemócrata holandés de ricitos en un caso, y viejo alemán
prepotente y mal encarado de la CDU en el otro. Justo la combinación perfecta
de la “gran coalición” que se jacta de su victoria contra una clase asalariada a
la que quieren hacer desaparecer, al menos, como concepto. No sabemos si sus
pueblos son conscientes de lo que el mundo entero les está viendo y la imagen
que se están formando como ejemplo de sus países. Unas imágenes nada modélicas ni
ejemplares.
Huevos y pimientos verdes fritos:
Con su aceite para mojar, para completar la realidad del plato que fue solicitado con empeño el encuentro anterior.
Las
porras con el bonito y sus repeticiones y la caló que hacía no pedía mucho más,
pero el plato rey eran los huevos con los pimientos fritos, que sí que no, pero
¿cómo que no? Y ya allá fueron Pedro y Alberto uno a los huevos y el otro a los
pimientos, Pedro me pidió que preguntase cuantos huevos quería cada uno, le dije
Pedro los huevos siempre van de dos en dos, pero al parecer no siempre es así
porque Alfonso nos contó que su abuelo se comía tres en cada plato del día.
Fuese como fuese hice la ronda y al final eso una media de dos per cápita.
Alberto
pinchaba los pimientos para que no estallasen en la sartén mientras se
calentaba el aceite. Pedro empezó a echar los huevos y las herramientas no
acompañaban, la sartén es fundamental ¿Dónde estará la sartén de freir los huevos? se preguntaba Pedro, en todas las casas hay una sartén que es la de
freír los huevos, las otras se pegan y
se rompe las yemas, y este fue el caso, de tal manera que el porcentaje de yemas rotas fue alto, pero no fue problema, fui sirviendo los platos huevos y
pimientos y les dimos un tute bueno y por supuesto acompañando con pan “pa mojá”.
Pese
a la situación Alberto y Luis continuamos el tema como en un aparte. Sólo se
sabía que Tsipras tenía que tener un apoyo de los griegos, para mostrar a
socialdemócratas y neoliberales allí en su punto de encuentro –que es la Europa
económica- que la Democracía aún es un activo y que si no eran escuchados, Europa
perdería credibilidad en el mundo y en su interior, que la Europa actual está fatalmente diseñada para la unión social y humana y
que está exclusivamente pensada para el negocio y para dejar patente que “el Mercado no puede depender de los gobiernos”,
estos han perdido soberanía a favor de El Mercado y por ende a favor de multinacionales
y poderes económicos (inmediatamente después firmaron el paso adelante del
TTIP), y ahora un pequeño país como Grecia venía a sacarle los colores. Si
Europa no sirve ni para dar cobijo solidario a uno de los suyos ¿qué será de
los de fuera?.
No
era muy tarde, pero Emiliano que venía desde Graná, estaba cansado,
nos cuenta que a punto de parar para descabezar un sueño, pero que al no
hacerlo ahora después de comer y beber el vinillo blanco y algo de tinto ya no
aguanta más… Sólo le quedaba fuerza para plantear a Pedro que había que
reiniciar el proyecto del huerto, que al parecer no ha dado el producto
esperado, por tanto escuchamos hablar de abonos, agua, etc…
El
resto del personal con la insuficiencia del ventilador y la ventana para entrada de la flama, pensó que
la mejor decisión era esa, de manera que ni café ni copa y ya hablaremos en
septiembre, cada cual se buscará las habichuelas por esos rincones veraniegos.
Antonio