El 12 de marzo del 2009 se
festejó la jubilación de J. María Delgado, un reencuentro deseado. El 12 de enero de
2013 nos ha dejado solos y desconcertados.
Cuando en el 1974 partí hacia otro trabajo, llevaba conmigo vivencias
de la Hispano Aviación
y CASA marcadas como profundas cicatrices. Jamás pude desprenderme de ellas, supe
que serían para toda la vida y con ellas sigo y seguiré.
Pero también deje atrás los compañeros del viaje de la vida,
viaje de luchas y estrategias de miedos y de logros. Entre los viajeros estaba
J. María Delgado que desde muy pronto, allá por el 1965, montaba unas
clandestinas juventudes comunistas de la Escuela de la Hispano Aviación,
S.A. en las que entré con la duda y el miedo a la oscuridad de la dictadura. Apenas
éramos tres, al poco cuatro, cinco y más pronto que tarde, quizás en el 1967
los alumnos protagonizamos la primera huelga escolar de postguerra. A J. María
le costó la expulsión.
Pero J. María no desapareció de entre nosotros, porque la
organización de la lucha, y la vida seguían. La lucha de clases es la historia
misma y J. María estuvo omnipresente. Orgulloso de ser obrero industrial, Tornero para toda la vida, desde dicho enclave demostró que la inteligencia, la capacidad de análisis, etc. no son patrimonio de ninguna casta, y que la universidad, siempre necesaria y a veces manipulada, no era imprescindible. Escribió artículos en la prensa y libros, alguno publicado. En paralelo andaba entre talleres hasta ser amnistiado y reincorporado en CASA. Teoría y práctica en un marxismo de libro y en una praxis gramsciana... "Una de las tareas más complejas para el
proletariado consiste en generar sus propios intelectuales, que deben surgir de
las masas y permanecer en contacto con ellas".
En esa parte de la historia, como en todos sus tramos, hay
gente que intenta adaptarse al sufrimiento y las humillaciones, otros que
intentan superarlo y otros que se resisten a que sucedan tanto para ellos como
para el resto. J. María y algunos más optamos por lo último, pero J. María
especialmente. Desde esos principios teorizó y buscó, nunca dejó de hacerlo,
leyó y dudó, ratificó y siguió buscando. Tropezó con las contradicciones del
"partido" y lo dejó, lo dejamos con el llanto de la frustración de Checoslovaquia, Hungría y sus proyecciones en los partidos comunistas de Europa.
¿Cuántas vueltas dio J. María en la búsqueda de la Libertad y la Democracia? ¿En cuantas
organizaciones participó y abandonó? ¿Cuantas inició?. Quedando finalmente próximo al Socialismo Democrático de Rosa de Luxemburgo. Pasó por la cárcel mientras yo estaba en el Sahara allá entre el 1971 y 72 sin poder visitarlo, aunque la visita hubiera sido más amplia porque Paco le acompañaba en tan "singular" lugar. Sin duda esa compañía mutua les haría más soportable la injustica.
Estricto y tierno a la vez cumplía aquello que más tarde
escuché a Saramago: “He de decirte lo que pienso, pero no deseo hacerte daño” respetando a la persona y cuestionando las ideas.
J. María defendía su verdad con empeño y discutía escuchando, cuando las
razones aparecían las hacía inmediatamente suyas. A J. María jamás le dio miedo
equivocarse, y en su continua práctica, en una auténtica dialéctica personal superaba
sus propios errores, y de esa manera, cada vez se acercaba más a la verdad,
parecía atender los consejos de Juan de Mairena: “Cuando tengas dudas a quien
seguir, sigue al pueblo” era su LUX. (enlace a su blog).
Su honestidad, lealtad y honradez le configuraban como un
elemento raro. Era cariñoso con sus amigos y fiero con los poderosos y sus
lacayos, estuviesen donde estuviesen.
Disponer de su amistad era un auténtico premio, las pocas
cosas que uno puede tener aceptables, las aumentaba haciéndote sentir orgulloso
de ti mismo. Sus enormes conocimientos autodidácticos te los regalaba en amenas
charlas, nunca pedante, siempre planteados como interrogantes.
He tenido la suerte de compartir estos últimos casi cuatro
años con él y con Paco Pérez, un trio que a veces llegó a cuarteto, entre cafés, alguna copa y fundamentalmente rebuscando la estrategia más eficiente para frenar el marasmo actual. Nuestra siguiente cita, ya frustrada, estaba programada para final de este mes, esa era su fuerza de luchador infatigable. No lo ha pasado bien con los altibajos de su enfermedad, que le
paraban una y otra vez, pero ha luchado contra ella aún en desigualdad, lo que
para él no era una novedad, en esa dura cotidianidad. Isabel, su compañera, le mimó con un cariño que contrarestaba la realidad hasta hacérsela lejana, así como el apoyo de sus dos hijos.
Desde el 2005 dispuso de un Blog que no mantenía (tres artículos en dos años), me decía que tenía pudor y creía que publicar sus artículos pudiera parecer pretencioso. Creo que mi insistencia en que a muchos nos gustaría ver su opinión; sus análisis y sus razones para entender la situación social; la del poder y la de los partidos de la izquierda; la historia reciente y la pasada..., contribuyó a que reiniciara las publicaciones. En cualquier caso me alegré mucho de su vuelta al Blog, porque ahí están los casi dos centenares de publicaciones... En definitiva ha sido un lujo disfrutar de su amistad.
Desde el 2005 dispuso de un Blog que no mantenía (tres artículos en dos años), me decía que tenía pudor y creía que publicar sus artículos pudiera parecer pretencioso. Creo que mi insistencia en que a muchos nos gustaría ver su opinión; sus análisis y sus razones para entender la situación social; la del poder y la de los partidos de la izquierda; la historia reciente y la pasada..., contribuyó a que reiniciara las publicaciones. En cualquier caso me alegré mucho de su vuelta al Blog, porque ahí están los casi dos centenares de publicaciones... En definitiva ha sido un lujo disfrutar de su amistad.
José María Delgado no estará en las primeras páginas de los
periódicos, ni siquiera en las interiores, tampoco la TV hará comentarios sobre él, ni
siquiera en la local, nunca se hace de los “soldados desconocidos”, pero la
sociedad tiene una gran deuda con él y al menos desde este humilde blog te rindo este pequeño homenaje de agradecimiento.
Antonio
No hay comentarios:
Publicar un comentario