De
obligado cumplimiento el icono representativo del encuentro, pero siempre con
algunas dudas frente a la imagen del emparedado de chorizo picante. ¡Ah! y por
respeto a la privacidad no se cuenta con la imagen del amigo Gabriel con boina
incluida. ¡Una foto de cartel!. Alguno dijo que le recordaba a Sorolla, otro a
Pío Baroja e incluso otros a Unamuno. Ya digo, todo un personaje.
Nadie
ha faltado hoy, pleno al 10, y es que había ganas de encuentro no lo digo sólo
por la asistencia, sino también por el estado de ánimo que mostraron los
tertulianos. Hay que reconocer que diciembre estuvo escasita la asistencia y enero,
aún peor, por tertulia fallida. Y es que en enero el día previsto -lunes de
reyes- se pasó al siguiente lunes en el que unos estaban de viaje y otros de
baja. Enrique insistió a los poquísimos que se encontraban en buen estado de
revista en no dejar ‘el hueco’, pero creo que la imagen de mesa formal casi vacía
pesó bastante sobre los posibles asistentes para que finalmente dejásemos pasar
el encuentro de enero.
El
día estaba fresco, así viene estando el tiempo, pero es que estamos en febrero,
o sea en invierno ¿Qué querremos los sureños? Si al final con el calentamiento
global nos vamos a ¡ jartar !
Diversas
tareas me entretuvieron las primeras horas de esta ‘segunda feira’ –como dirían
mis queridos paisanos portugueses-, cuando llegué a Plaza Nueva mis constantes colegas
pensionistas con sus chalecos amarillos ya se habían marchado, también me
entretuve en buscar una papelería con guillotina para cortar a medida unos
artículos de Antonio Gala que publicaba en el extra de El país allá por el 1994
hasta el 1996 ¡Una maravilla de hace 26 años! que quiero encuadernar, y entre los
que curiosamente ya aparecía la queja de Antonio Gala, con su admirable estilo,
sobre el aumento de las listas de espera.