Soneto 4: Juan Gabriel
Lo vimos al nacer y fue evidente:
El síndrome de Down, no entraña duda
Susurraba su madre con dulzura:
“Habrá en la casa siempre un inocente”.
Decide el crío en la edad madura
Que niño, había sido suficiente…
…Ahora debe ser adolescente.
(No deja de asombrarnos su cordura)
Aprendemos con él a ser pacientes
Inspira sentimientos de ternura…
Misterio… lo que ronda por su mente
A veces nos mostramos prepotentes
y nos adjudicamos con premura
El mérito de ser inteligentes
Sevilla, Febrero de 2011
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