El
tiempo, dicen, es caluroso. Los termómetros marcan 35º. El sol realmente está
siendo ayudado por el viento del sureste, pero en realidad esto es nada para “la
caló” que vendrá. Estamos en el ecuador de la primavera y azahares quedan
pocos, pero cuando el perfume de azahar se va las jacarandás se presentan con
el verde intenso de sus hojas y en poquísimos días, como por arte de magia, las
intercambian por flores en forma de pequeñas campanillas de un vivo color lila que
estalla en masa por calles y avenidas para premiar un nuevo sentido: la vista… Sírvanos
este fenómeno de la naturaleza como icono especial de la primavera y de nuestra
tertulia primaveral que como decía Alfonso es espléndida por un “Renacer” que ya
fue avisado en diciembre.
Fiestas Primaverales:
Tres
semanas han pasado de la Semana Santa,
semana de seis días de penurias, sufrimientos y muerte, pero en nuestra tierra
desde el primer momento se está convencido de que la vida vencerá, por ello a
las vírgenes –símbolos de vida- se les llaman “Esperanzas” porque la esperanza
será premiada el séptimo día con la victoria de la resurrección o en síntesis
con la vuelta a la vida. Justo ese mismo día se inician los festejos taurinos, con el mejor cartel
posible de arte y briega: El Juli, Manzanares y Roca Rey lo han ocupado
merecidamente este año. Estos festejos también sintonizan con la primavera en
la contradicción constante de vida-muerte, los festejos son naturaleza en sí mismos,
se espera de ellos que la negra, oscura y amenazadora muerte sea vencida con valentía,
prestancia y hasta con arrogancia. Por otra parte ayer mismo terminó la Feria de Abril, que paradójicamente ha
sido de mayo, pero los sevillanos lo asumimos con total naturalidad.