El
día era radiante y aunque el huerto tiene buenas sombras pensé que una gorra de
tenis me vendría bien, pero no fue
necesaria entre tanta umbría. Cuando llegué al lugar me pareció contemplar un paisaje impresionista
donde colores complementarios hacían vibrar el paisaje, azules y morados
o verdes y amarillos aparecían en las potentes sombras de la arboleda y cañaverales que cerraban el
paso a la orilla del Guadalquivir.
Mis
dudas de si el huerto era este, aquel o el siguiente las resolvió Alfonso que
me llamó desde su camuflaje entre delgados rayos de sol y la penumbra de la
arboleda, al que no distinguí a primera vista. Alfonso estaba sólo, sí
utilizaba sombrero, y esperaba a Pedro que andaba de mercado.
Creo
que la imagen de este encuentro la define el sosiego y el relajo entre
voluntario y forzado de Alfonso, no sólo por la recién terminada Feria de
abril, sino también, y sobre todo, por el que nos trasladó en el apogeo del
encuentro con una narración, que absorbió la atención de todos nosotros y que más
adelante veremos, aunque muy por encima.
Feria
de abril de Sevilla
Por
cierto la Feria de abril más larga de su historia, las razones de cobertura de
dos fines de semana se votaron por los sevillanos (participó el 6,9% de ellos),
para mí que son puramente económicas con el objetivo de mejorar nuestra mejor
“industria” ‘El Turismo’. La otra industria, nuestros dirigentes se la han dejado
arrebatar porque así estaba diseñado en los sagrados libros económicos de
EUROPA, de tal manera que esta es la que nos han dejado los “sobrios,
aplicados, afanosos, laboriosos, trabajadores, diligentes, perseverantes y tenaces” alemanes-luteranos y
holandeses-calvinistas. Sobre estos últimos hemos de decir que es tanto su
“amor a la eficiencia” que el 1 de mayo de 2004 se fusionaron sus tres ramas
religiosas: luteranos, protestantes y calvinistas en sólo una… o sea la
“ficción” o el “mito” más influyente en las sociedades junto a la “política”,
como es la religión, también es “negociable”. ¿Qué no será capaz de negociar, por su interés, el niñato calvinista, de los ricitos, que machacó a los griegos?
Es
curioso como una Feria, siendo la misma, tiene distintas formas de
interpretarse por una misma persona. Si es que de una persona, pasados los años,
se puede decir que es siempre la misma.
Este
año Alfonso nos citó en su caseta, cita que anuló a los pocos días, le pregunté
la causa y me habló de los inconvenientes múltiples que supone la reunión de
casi veinte personas para ubicarse en mesas, la petición de platos y bebidas y
el largo etc. que conllevan las casetas de la feria que todos conocemos.
Alfonso
disfrutaba la feria, algunos años nos vimos en ella, cosa que no es fácil
porque las citas en la feria son muy difíciles de cumplir. A fecha de hoy
Alfonso me confiesa que con un día tiene bastante y me dice también que
probablemente deje de asistir a ella en lo sucesivo: ruidos, bullicio y espacios
mínimos se han convertido en insoportables cuando hace años los entendíamos y
nos acoplábamos a ellos porque era la esencia misma de la feria de Sevilla: La
gran improvisación, y concentración de personas en un mínimo espacio.
Al
poco llegaba J. Antonio que al respecto nos manifestaba su “borrado” total de
la feria desde hacía dos o tres años. Estando de acuerdo con ellos en que la
feria se ve con distintos ojos según la edad, les decía que intentaré aguantar
algunos años más el día del “pescaito” y el familiar (nietos con calle del
infierno incluido), en cuanto al día de los amigos ya se hace interminable el "visitar y ser visitado". Bien es cierto que siendo muy agradable ya supone
un esfuerzo supremo beber sobre bebido y seguir...
La
Feria de Sevilla da mucho de sí en gran variedad de aspectos: sociológico,
antropológico y cómo no económico, pero no será hoy el día que nos paremos en
ellos.
Las descargas
J.
Antonio descargó cervezas con y sin y unas gambas con una buena pinta que pa
qué y otras viandas, y al poco llegó Pedro con el grueso de los encargos, muchos
de ellos de una lista que había pasado Alfonso que me llamó la atención el
detalle de la misma: no sólo comestibles, que incluso Pedro había superado, sino
también menaje. Sobre estos bromee diciendo que ante mi incapacidad de relacionar
tanta herramienta lo hubiese resuelto con una navaja suiza.
Trajimos
desde el vehículo las provisiones que descargamos en la sombra junto al botijo,
de barro blanco, de Lebrija. Las bebidas fueron a cubos de agua fría y el tinto
a agua menos heladas. Dispusimos mesas y sillas –algunas de ellas tomadas
prestadas- e hicimos una pre-presentación de los víveres sobre la mesa
monobloque de madera un poco inclinada, por lo que hasta no dejarla equilibrada y horizontal
con tacos improvisados, no paré.
Pedro
habla por teléfono con nuestro caro y noble amigo Gabriel y también Alfonso, pero fue imposible
su presencia. En cuanto a Luís ya nos avisó de su visita a Sicilia.
Otra
historia fue la de Alberto, que tampoco pudo asistir, y él si era esperado
porque días antes distribuyó uno de esos “artículos trampa” que periódicamente circulan
por las redes y que anteriormente ya dos de nosotros también lo habían pasado igualmente
valorado de manera positiva por mencionar la corrupción y el enchufismo, pero ojo
porque comenzaba diciendo: “…para producir necesitas obtener autorización de
quienes no producen nada” y esto es pedir la Desregularización
total. Las teorías de Ayn Rand se desempolvaron para utilizarlas contra Obama y
salen a relucir periodicamente.
Hoy
trataríamos este asunto de distribución de artículos y mensajes ambiguos y
manipulados que denuncian corrupciones, la eliminación o disminución del Estado,
desprestigiando la política utilizando el desprestigio de los políticos como si
fuese la misma cosa, etc., pero que en el fondo apoyan una ideología de derechas.
Al no poder venir Alberto dije de broma que esto era como las oposiciones: le
daremos un “No presentado” que equivale a oposiciones perdidas.
No
obstante, habría que hacer un breve apunte sobre el artículo de Ayn Rand fechado
en el 1950, recién terminada la II guerra Mundial. Ayn Rand llegó a los EE UU (aproximadamente
1926) se encontró a un presidente republicano al igual que el siguiente, una ¡Maravillosa!
situación política comparada con la revolución proletaria rusa de la que huyó, pero a partir del 1933
apareció Roosevelt (Demócrata) que estuvo cuatro mandatos y con él su New Deal
(Nuevo trato) nombre que dio a su política intervencionista
para luchar contra los efectos de la Gran Depresión en los EE UU. Esto duró
hasta el 1938 cuando se dinamizó la economía con el inicio de la II Guerra
Mundial. Para Ayn el Estado Social y el Bien común implantado por Roosevelt suponía
la amenaza de la llegada a América del comunismo. La política social de
Roosevelt era su objetivo a combatir… léanlo de nuevo.
Alberto
dijo, en su momento, que las frases si son correctas da igual quien las haya
pronunciado, pero la cuestión es: ¿Se puede defender un pequeño texto, sacado
de contexto estando avalado por un autor pernicioso para una sociedad
democrática, o es conveniente que el texto, al menos, esté ajeno al autor? ¿No
hay tras la distribución de estos artículos un objetivo propagandístico para dichos
autores y su ideología?. Que conste que no es el único caso, las redes están
llenas. El País, El Mundo, El Diario y el mismísimo Paul Krugman hablan de
ella, de su ideología… y de qué manera.
Lo
primero que propuso Pedro para ayudarnos en la tarea es tomarnos una cerveza y
para acompañarla cortamos unos pepinos y una cebolla y lo regamos con aceite
virgen y un poco de vinagre y sal.
En
esto andábamos cuando llegaban Enrique, Emiliano y Kiko, amigo de Emiliano,
amante de la cocina y la gastronomía, también estos últimos trajeron material
semipreparado de sardinas marinadas. A estas alturas, como decía, Pedro ya
había abierto cerveza y cortamos tomates de pera y cebolla para hacer un buen
picadillo mientras se preparaba el resto. También Miguel apareció a buena hora,
con lo que se cerró el cupo de comensales.
Emiliano
pujó por bajar a los bancales, trabajados no con poco esfuerzo y con un acogedor
resultado, rústico y práctico. A los bancales el sol tardaría más en llegar. Rápidamente
hicimos el traslado de mobiliario y comidas, sólo las bebidas quedaron arriba
con el botijo de Lebrija.
Toros:
Emiliano
se interesó por como habían terminado los toros de este año, le dije que había
tenido mucha suerte porque prácticamente todas las corridas que había elegido
(por toreros y por ganaderías) se habían cortado orejas y en otras hubo grandes
faenas. De manera resumida le comenté los grandes momentos y aprovecho ahora
para dejar algunos apuntes de las corridas que asistí.
El
23 de abríl, por fín cuajó El Cid en su viejo estilo de pase largo doblado
sobre el toro con la mano cerca del suelo y tirando de él con ganas, se
entendieron toro y torero y acabó con una oreja. Del mismo modo Joselito Adame
toreó lento citando de frente y mató con una rotundidad que ya sólo la estocada
mereció la oreja, en esta corrida Diego Urdiales, el de La Rioja, no estuvo
nada centrado.
También
Sebastián Castella el 5 de mayo, igualmente cuajaba en Sevilla con una gran
faena, para mí inolvidable, a un toro bravo y noble, correcto en cada tercio: suave en el
capote, entró bien al caballo, atendió bien a los banderilleros y no se cansó
de embestir en la muleta humillando con el cuerno a dos dedos del suelo y Castella lo aprovechó con gusto, con
torería y arte, con todo su repertorio de pases. Las dos orejas estaban en la
mente de todos, pero las perdió por el descabello. Lo más importante es que
hubo conexión triple: toro, torero y público y Castella que es un torero que
gusta en Sevilla cubrió perfectamente el acto. Al toro se le aplaudió y se le dio
una merecida vuelta al ruedo.
Esa misma
tarde Roca Rey aumentó algo más el listón y acabó cortando dos orejas, el joven
peruano, con consejos de Campuzano, avanza con pié firme, no sólo es valiente
sin límites sino que es frío y utiliza la cabeza cambiando si ha de cambiar, se
acopla al toro para después mandar con poder, el toro siempre se lo pasa cerca
de la cadera, le baja la mano y alarga los pases con el ritmo adecuado y sin
prisas consiguiendo poner en pie a la plaza. Manzanares que participaba en esta
corrida quedó eclipsado.
De Morante pude ver lo
mínimo y lo máximo de las dos corridas elegidas, en la primera del 27 de abril casi
no lo vimos más allá del paseíllo, tarde de lluvia y entre que los toros de
Garcigrande no fueron muy bien y las pocas ganas del torero: el primero no le
duró nada, y el segundo más o menos igual. Pero en la del día 2 de mayo apareció
el Morante del gusto, del arte y de la planta torera y modélica fijado al suelo
en los pases ante un toro colorao. No hubo oreja por culpa de la espada, pero
no se echó en falta, pese a la importancia de la suerte última.
En
la primera de Morante su desaparición la compensó El Julí, un gran maestro,
siempre capaz de sacarle al toro lo poco que pueda tener y haciéndolo con
gusto, con lentitud y tenacidad controla los tercios y en cada uno es fiel
cumplidor de su oficio e insisto: también con arte.
Sobre
los miuras, me llamó la atención los pesos de algunos toros por debajo de lo
habitual, pero esta casta siempre es dura para los toreros y pese a eso Pepe
del Moral entendió, para dominarlos, sus dos ejemplares, con magníficos
naturales y fue capaz de hacerse con una oreja de cada uno. Con esta corrida
del 7 de mayo terminaba la feria, para mí bien aprovechada.
Algunos platos:
Las
manos se entrecruzaban para llegar al pollo empanado, las gambas o la gustosa
tortilla de patatas, las sardinas marinadas y terminadas de preparar en dos
versiones (en la imagen una de ellas) obtuvieron un gran éxito, tanto que se hubiesen llevado la imagen del
encuentro, a mi modo de ver, pero creo que Alfonso se lo merece sobre todo por la
capacidad de crear esos momentos alfonsinos con los que, como en este caso,
consiguió establecer el apogeo del encuentro contándonos la ‘historia’ del
peculiar torero Ignacio Sánchez Mejías y hechos paralelos enlazados a su vida o
motivados por su propia vida.
Ignacio, Ignacio + Ignacio...
Adelanto
que Ignacio se llama también el hermano de Alfonso que mucho tiene que ver en
todo esto, pero no voy a descubrir nada de lo que Alfonso nos contó con todo
detalle, porque todo llegará en su justo momento. Lo que sí fue cierto es que
en su narración, como la de un experto cuentacuentos, nos envolvió en una atmosfera
llena de sorpresas que, como un café cargado, hizo desaparecer instantáneamente
los vapores de algunas botellas de Ramón Bilbao que nos habíamos repartido.
En la escena, unos
ocuparon sillas y otros el asiento de piedra adaptado en el bancal. Algunos que
ya hemos perdido masa muscular en los glúteos, percibimos la dureza del asiento
que eran cómodos, pero duros para los culos escurridos de las personas mayores.
Esto me hizo recordar que algunos ya lo portaban así desde su primera edad,
como mi canijo amigo el "Lali" al que le decía su abuela: ’niño come más, que parece que
te han comío el culo las curianas’.
Cuando
Alfonso terminó tan interesante y curiosa historia, las aguas del Guadalquivir que bajaban
hacia Sanlúcar de Barrameda ya volvían camino de Sevilla, terminamos los vinos
y recogimos todo para dejar cada cosa en su sito, porque en el huerto cada cosa
la tiene y de ello se encargan Pedro y Emiliano. Con este trajín unos
subían peldaños con soltura y otros con empeño y esfuerzo, pero todo quedó como
si nada hubiese pasado y la orilla del Guadalquivir sólo percibió el cambio de
la corriente.
Antonio
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