A las 11 (23h) de la noche, el maestro Pedro advierte, con tono de mayoral,
"Gabriel, es menester que mañana estés listo temprano, que te iré a
recoger para pasarnos por el mercao de Triana". Lo que mande, maestro, le
contesté.
A las diez y media ya estaba en portal de mi bloque. Gabriel, cojones, que
estoy aquí y no estás todavía. Estoy preparao, Don Pedro, estoy abajo al
instante.
Así comenzó la mañana, el paseo hasta la calle Pavia. Pedro, en el paseo
deja su oficio de mayoral y se convierte en peregrino de Santiago, acompañante
ameno e instruido y analista profundo de lo que ve. Una delicia de paseo con
parada en el mercado de Triana. Todo se convierte en una inmensa y compleja exposición
de naturalezas quietas y muy vivas.
A la llegada a Pavía nos encontramos la puerta abierta y la actividad
rindiéndose a José Antonio, que nos recibe con un saludo sonriente, ejerciendo
sin protagonismo.
Pedro replantea la jornada levemente programada e iniciada en Triana, previo
los tres cigarrillos sueltos e ilegales, lego las dos ofertas de pan escoltado
por Antonio.
Aliño de naranja con huevo y cebolleta y Pan tostado con aceite y carne mechada.
La ejecución comienza, con todo mi empeño de pinche de cocina que se ve
aceptado por compromiso, pero supervisado, sin que se note, por los maestros.
Se prepara la entrada o entremeses: tomates en rodajas, suavemente aliñadas;
exquisitos montaditos, que no recuerdo ni viendo la foto (parece panceta o jamón
de York). Alfonso está presente, los movimientos del grupo lo delatan. Llega,
van llegando, el resto de la cuadrilla, los rezagados, por hacendosos.
Tortas de arahal
Y Enrique con su bolsa postrera, emulando a Luis que creó el precedente. Y
la tertulia empieza a coger forma. Y se nota la ausencia de Emiliano el de los
restos, Luis el de las torrijas y miguel el de las gambas rojas.
Siempre en el fondo del trajín y sin notarse apenas, José Antonio tiene
preparada la mesa grande del plato fuerte: papas con chocos: No se puede
pedir más, ni mejor compañía, ni mejor coloquio, ni mejor conversación, ni
mejor discusión; ni mejores “cabezadas”, aunque se noten los ausentes.
Gabriel
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