Estamos
en el ecuador del otoño, el día es fresco, soleado y con unas pocas nubes
blancas que resaltan aún más el azul potente del cielo de Sevilla… y por aquí
siguen los turistas llevándose improntas digitalizadas de la fachada de La
Maestranza y calle Betis para su archivo de recuerdos.
Cuando
llego me sorprende la mesa de trabajo, la previa e informal con el encanto del
boceto ante la obra final. Digo que sorprende porque hay gran cantidad de setas
que limpiaba con diligencia Pedro. Por su parte José Antonio preparaba entradas
y Armando había traído un atún de primera para hacer un guiso de papas con él.
Setas de Laujar:
Esta
imagen fue adjudicación a dedo porque junto con el arroz con leche con vainilla
y canela de Luis y el guiso, se volvió a complicar la elección del icono del
encuentro. Uno, dos y tres. Tres cocineros en el redondel ¿Cuál merece la
oreja?. Creo que Pedro y Alberto al subir a la vertiente sur de sierra nevada,
buscar y coger las setas tiene un valor añadido. La garantía de calidad se la dió
un ‘lugareño’ (1) que desechó buena cantidad de las cogidas por
nuestros colegas. Otra alternativa era un collac.
No
tardaron en llegar los demás comensales, pero mientras eso, y como setas había
una buena cantidad, J. Antonio también preparó unos platos de setas para las entradas.
Les
comenté que el sábado había ido precisamente a comer setas a Zufre, previo
sendero “los callejones” de El Castillo de las Guardas con los nietos. Allí
fuimos como en años anteriores buscando los Boletus y en esta ocasión también
comimos la Tana y otro tipo de seta que no se si eran Níscalos.
Pedro
me contó sobre Laujar de Andarax, donde por sus alrededores cogieron las setas,
que fue parada de Boabdil después de la expulsión de Granada hacia el desierto
de Andarax, que existen aún su vivienda y la de la madre, separadas por motivos
de la expulsión según la leyenda. Le comenté que descubrí que Boabdil y su
gente permaneció 20 años en esa zona que convirtieron en un vergel y tal fue su
desarrollo demográfico y de generación de riquezas que hubo una segunda
expulsión en la que si se vieron forzados a cruzar a África, pero no fue en un
libro de historia sino en la novela “El Manuscrito Carmesí” de Antonio Gala.
Surtido de enrtradas desaparecidas:
Es una
pena que los reporteros no actuasen en el momento oportuno, pero las migas de
Emiliano estaban ricas, sólo quedaron algunos dientes de ajo; la ensalada de
tomate con cebollinos más de lo mismo y de las setas previas servidas en dos
versiones: plancha y salsa ni hablamos. Poco que añadir, los platos de la
imagen hablan por sí mismos.
Es esta
fase donde se salta de un tema al otro sin profundizar mucho en los mismos y en
la que se hacen comentarios sobre sucesos últimos con trivialidad. Miguel y
Armando rememoran sucesos nuevos a los ya comentados en anteriores encuentros,
en una etapa juvenil de esperpento
valleinclanesco.
J.
Antonio entre los asuntos tratados vuelve a su incógnita que le lleva a
maltraer: ‘Lo que yo digo es ¿qué vamos a hacer con el paro cuando la
tecnología robotice toda tarea mecánica o no?’, y siempre le contesto ‘No hay
problema, disminuyamos las jornadas de trabajo, para trabajar todos, la alta
productividad permitirá mantener los beneficios a los empresarios y los sueldos
a los trabajadores’.
Setas a la plancha:
Ya
incorporados todos, este fue uno de los varios platos de setas que se sirvieron
en la mesa informal y en ella las terminamos bien satisfechos de hongos, con la
seguridad de que no eran ni venenosos ni alucinógenos, en tanto los
protagonistas de su recolección estaban perfectamente saludables después de
haberse comido las setas de medio monte del Parque natural de Sierra nevada hacía
solo dos días. Setas y cerveza, tinto y setas, otra y otra… Y una vez
terminadas, paso a la mesa formal.
Guiso de papas con atún:
He aquí
la obra del prudente Armando. Otro éxito gastronómico del que repetí con un
segundo plato porque estaba perfectamente condimentado, la papa estaba en su
punto de entereza y el atún compacto y sabroso. Y es que los platos de cuchara
para mí, aparte de que me encantan, me hacen recuperar vivencias de aquellas
comidas en los que mi madre pasaba toda la mañana entre controlar la olla y el
resto de tareas de la casa. Tiempos de patriarcado en los que se esperaba al
padre, y la comida en la mesa familiar era un ritual.
Hoy
hemos avanzado socialmente y es tan oportuno esperar a la madre, como lo fue esperar
al padre, ya que puede ser que sea la única que tiene trabajo fuera de casa,
porque el patriarca sigue en paro, si bien sigue siendo la mujer la que más
sufre el desempleo.
Miguel
estaba sembrado e improvisó algunos mini-relatos de los que dejan al personal
roto de una risa que sale del fondo, de la que recuperas unos años de vida.
No
recuerdo cómo surgió el tema de la importancia de la idea y de la ejecución
práctica de la misma, pero creo que separar estos conceptos no lleva a nada
porque nada sirve el uno sin el otro. La idea como acto creativo es esencial,
pero sin la posibilidad de llevarse a cabo se queda en abstracto entre millones
de neuronas, algo sin hacer, no lleva a ningún resultado.
Hubo
quienes defendieron la idea hasta considerarla esencial, tanto que sin ella no
habría nada. Opiné que en áreas muy teóricas filosóficas, artísticas eran
fundamentales para una satisfacción humana inmaterial. Pero siempre habría que
terminar llevándolas al papel, al discurso, al lienzo, o a la escena, etc.
Defendí,
desde el materialismo y lo práctico, que quizás la ejecución práctica de
algunos elementos simples, por si mismos, tuviesen más posibilidades de provocar
la satisfacción humana material, al fin y a la postre, insustituible por su
necesidad de inmediatez.
Se me
ocurrió, tal vez no el mejor ejemplo, recordar que el pueblo malagueño de
Casares, entre otros pueblos blancos, no necesitaron un diseño de cada casa, ni
un proyecto urbanístico detallado, porque la necesidad, la climatología y la
adaptación al terreno dio como resultado a un conjunto encantador. Algo más se
planteó sobre canteros e inteligentes constructores de pirámides tras las que
se esconden cálculos complicados y por tanto diseño o idea. Evidentemente sin
el esfuerzo de miles de trabajadores y esclavos el diseño y la idea se hubiesen
quedado en los papiros.
Arroz con leche y vainilla:
Luis,
en su faceta de repostero, se trajo su postre de arroz con leche y vainilla,
con una pinta magnífica y mejor sabor, lo fue sirviendo en los platos y a
Enrique se le cambió la cara. Hubo repeticiones, por supuesto, pero en mi caso
se quedó en el deseo lo de repetir, porque de setas y guiso de papas con atún
ya lo hice y no daba para más, lo que me supuso una llamada de atención de
Enrique.
Aprovechando
el dulce se me ocurrió preguntar: ¡Bueno! Sabréis que hoy mismo se está
celebrando el pleno del Tribunal Supremo, convocado por Luis María Díez Picazo
dada “La enorme repercusión económica y social” obtenida por la sentencia del
mismo Tribunal que dictaminaba que los bancos soportasen el pago del impuesto
sobre actos jurídicos documentados al formalizar una hipoteca.
Creo que fue unánime la admisión del descrédito de la justicia y lo que era una sensación: la existencia de vínculos entre la banca y el poder judicial dejó de serlo.
Recordé
la frase de Emiliano cuando se ventilaba el asunto del Juez Baltasar Garzón que
dijo “Si lo echan, me marcho de este país”, para decir que si en el mismo día
de la noticia de suspensión de la sentencia que los bancos pagarían los
impuestos de las hipotecas, no se tomaba la calle por una gran cantidad de
gente, este país aguantará todo lo malo que le echen.
Tomamos
café y saqué una botella de orujo portugués de doble destilación, que me traje
en las vacaciones y que está fuerte como un demonio… Lo pedía después de comer
como un chupito de ‘gasolina’. Sorprendentemente gustó y casi acabamos la
botella.
Los cohiba duraron poco:
Pedro
que nos había comunicado que Margarita había dejado unos puros habanos para los
tertulianos, unos los quisimos y otros que ya dejaron de fumar pasaron de los
cohíba. De manera que el ciclo café, copa y puro se cumplió.
Así entre
bocanadas de humo creo que comenzando con el asunto de la inmigración y los
campamentos donde malviven los inmigrantes, sus penalidades en el camino hasta llegar a Libia
o Marruecos donde aún aumentan más sus sufrimientos.
Estando
en África tierra del dolor terminamos en Palestina y en el gheto de Gaza y se
comentó su trágica supervivencia bajo control de Israel. El tema se alargó
porque algunos justificaron los ataques a Gaza como defensivos e incluso porque
en realidad Palestina era el país de los judíos desde sus orígenes. Otros no lo
veíamos así, ya que después de la II guerra llegan los judíos a Palestina en el
barco éxodo y el pueblo palestino les dejan sitio para asentarse y recuperarse
del holocausto sufrido, al poco se fueron extendiendo y ocupando tierras y sus
aguas continentales, controlando las entradas de alimentos y de medicinas
calculadas en cantidades para cada persona. Es absolutamente incomprensible que
este pueblo elija a gobernantes que aplican medidas contra un pueblo similares
a las que ellos fueron sometidos.
La
conversación continuó ya fuera y caminando por Arfe donde tomamos una copa de
despedida sin conseguir acuerdo.
Antonio
[1] Lugareño:
Título superior al de lo definido hoy en día como ‘experto’.
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