sábado, 10 de junio de 2017

Encuentro 8 de mayo de 2017



El día era radiante y aunque el huerto tiene buenas sombras pensé que una gorra de  tenis me vendría bien, pero no fue necesaria entre tanta umbría. Cuando llegué al lugar me pareció contemplar un paisaje impresionista donde colores complementarios hacían vibrar el paisaje, azules y morados o verdes y amarillos aparecían en las potentes sombras de la arboleda y cañaverales que cerraban el paso a la orilla del Guadalquivir.

Mis dudas de si el huerto era este, aquel o el siguiente las resolvió Alfonso que me llamó desde su camuflaje entre delgados rayos de sol y la penumbra de la arboleda, al que no distinguí a primera vista. Alfonso estaba sólo, sí utilizaba sombrero, y esperaba a Pedro que andaba de mercado.

Creo que la imagen de este encuentro la define el sosiego y el relajo entre voluntario y forzado de Alfonso, no sólo por la recién terminada Feria de abril, sino también, y sobre todo, por el que nos trasladó en el apogeo del encuentro con una narración, que absorbió la atención de todos nosotros y que más adelante veremos, aunque muy por encima.

Feria de abril de Sevilla

Por cierto la Feria de abril más larga de su historia, las razones de cobertura de dos fines de semana se votaron por los sevillanos (participó el 6,9% de ellos), para mí que son puramente económicas con el objetivo de mejorar nuestra mejor “industria” ‘El Turismo’. La otra industria, nuestros dirigentes se la han dejado arrebatar porque así estaba diseñado en los sagrados libros económicos de EUROPA, de tal manera que esta es la que nos han dejado los “sobrios, aplicados, afanosos, laboriosos, trabajadores, diligentes, perseverantes y  tenaces” alemanes-luteranos y holandeses-calvinistas. Sobre estos últimos hemos de decir que es tanto su “amor a la eficiencia” que el 1 de mayo de 2004 se fusionaron sus tres ramas religiosas: luteranos, protestantes y calvinistas en sólo una… o sea la “ficción” o el “mito” más influyente en las sociedades junto a la “política”, como es la religión, también es “negociable”. ¿Qué no será capaz de negociar, por su interés, el niñato calvinista, de los ricitos, que machacó a los griegos?

Es curioso como una Feria, siendo la misma, tiene distintas formas de interpretarse por una misma persona. Si es que de una persona, pasados los años, se puede decir que es siempre la misma.

Este año Alfonso nos citó en su caseta, cita que anuló a los pocos días, le pregunté la causa y me habló de los inconvenientes múltiples que supone la reunión de casi veinte personas para ubicarse en mesas, la petición de platos y bebidas y el largo etc. que conllevan las casetas de la feria que todos conocemos.

Alfonso disfrutaba la feria, algunos años nos vimos en ella, cosa que no es fácil porque las citas en la feria son muy difíciles de cumplir. A fecha de hoy Alfonso me confiesa que con un día tiene bastante y me dice también que probablemente deje de asistir a ella en lo sucesivo: ruidos, bullicio y espacios mínimos se han convertido en insoportables cuando hace años los entendíamos y nos acoplábamos a ellos porque era la esencia misma de la feria de Sevilla: La gran improvisación, y concentración de personas en un mínimo espacio.

Al poco llegaba J. Antonio que al respecto nos manifestaba su “borrado” total de la feria desde hacía dos o tres años. Estando de acuerdo con ellos en que la feria se ve con distintos ojos según la edad, les decía que intentaré aguantar algunos años más el día del “pescaito” y el familiar (nietos con calle del infierno incluido), en cuanto al día de los amigos ya se hace interminable el  "visitar y ser visitado". Bien es cierto que siendo muy agradable ya supone un esfuerzo supremo beber sobre bebido y seguir...

La Feria de Sevilla da mucho de sí en gran variedad de aspectos: sociológico, antropológico y cómo no económico, pero no será hoy el día que nos paremos en ellos.

Las descargas 

J. Antonio descargó cervezas con y sin y unas gambas con una buena pinta que pa qué y otras viandas, y al poco llegó Pedro con el grueso de los encargos, muchos de ellos de una lista que había pasado Alfonso que me llamó la atención el detalle de la misma: no sólo comestibles, que incluso Pedro había superado, sino también menaje. Sobre estos bromee diciendo que ante mi incapacidad de relacionar tanta herramienta lo hubiese resuelto con una navaja suiza.

Trajimos desde el vehículo las provisiones que descargamos en la sombra junto al botijo, de barro blanco, de Lebrija. Las bebidas fueron a cubos de agua fría y el tinto a agua menos heladas. Dispusimos mesas y sillas –algunas de ellas tomadas prestadas- e hicimos una pre-presentación de los víveres sobre la mesa monobloque de madera un poco inclinada, por lo que hasta no dejarla equilibrada y horizontal con tacos improvisados, no paré.

Pedro habla por teléfono con nuestro caro y noble amigo Gabriel y también Alfonso, pero fue imposible su presencia. En cuanto a Luís ya nos avisó de su visita a Sicilia.

Ayn Rand (nombre real: Alisa Zinóvievna Rosenbaum)

Otra historia fue la de Alberto, que tampoco pudo asistir, y él si era esperado porque días antes distribuyó uno de esos “artículos trampa” que periódicamente circulan por las redes y que anteriormente ya dos de nosotros también lo habían pasado igualmente valorado de manera positiva por mencionar la corrupción y el enchufismo, pero ojo porque comenzaba diciendo: “…para producir necesitas obtener autorización de quienes no producen nada” y esto es pedir la Desregularización total. Las teorías de Ayn Rand se desempolvaron para utilizarlas contra Obama y salen a relucir periodicamente.

Hoy trataríamos este asunto de distribución de artículos y mensajes ambiguos y manipulados que denuncian corrupciones, la eliminación o disminución del Estado, desprestigiando la política utilizando el desprestigio de los políticos como si fuese la misma cosa, etc., pero que en el fondo apoyan una ideología de derechas. Al no poder venir Alberto dije de broma que esto era como las oposiciones: le daremos un “No presentado” que equivale a oposiciones perdidas.

No obstante, habría que hacer un breve apunte sobre el artículo de Ayn Rand fechado en el 1950, recién terminada la II guerra Mundial. Ayn Rand llegó a los EE UU (aproximadamente 1926) se encontró a un presidente republicano al igual que el siguiente, una ¡Maravillosa! situación política comparada con la revolución proletaria rusa de la que huyó, pero a partir del 1933 apareció Roosevelt (Demócrata) que estuvo cuatro mandatos y con él su New Deal (Nuevo trato) nombre que dio a su política intervencionista para luchar contra los efectos de la Gran Depresión en los EE UU. Esto duró hasta el 1938 cuando se dinamizó la economía con el inicio de la II Guerra Mundial. Para Ayn el Estado Social y el Bien común implantado por Roosevelt suponía la amenaza de la llegada a América del comunismo. La política social de Roosevelt era su objetivo a combatir… léanlo de nuevo.

Alberto dijo, en su momento, que las frases si son correctas da igual quien las haya pronunciado, pero la cuestión es: ¿Se puede defender un pequeño texto, sacado de contexto estando avalado por un autor pernicioso para una sociedad democrática, o es conveniente que el texto, al menos, esté ajeno al autor? ¿No hay tras la distribución de estos artículos un objetivo propagandístico para dichos autores y su ideología?. Que conste que no es el único caso, las redes están llenas. El País, El Mundo, El Diario y el mismísimo Paul Krugman hablan de ella, de su ideología… y de qué manera.

A la tarea:

Lo primero que propuso Pedro para ayudarnos en la tarea es tomarnos una cerveza y para acompañarla cortamos unos pepinos y una cebolla y lo regamos con aceite virgen y un poco de vinagre y sal.

En esto andábamos cuando llegaban Enrique, Emiliano y Kiko, amigo de Emiliano, amante de la cocina y la gastronomía, también estos últimos trajeron material semipreparado de sardinas marinadas. A estas alturas, como decía, Pedro ya había abierto cerveza y cortamos tomates de pera y cebolla para hacer un buen picadillo mientras se preparaba el resto. También Miguel apareció a buena hora, con lo que se cerró el cupo de comensales.

Emiliano pujó por bajar a los bancales, trabajados no con poco esfuerzo y con un acogedor resultado, rústico y práctico. A los bancales el sol tardaría más en llegar. Rápidamente hicimos el traslado de mobiliario y comidas, sólo las bebidas quedaron arriba con el botijo de Lebrija.

Toros:

Emiliano se interesó por como habían terminado los toros de este año, le dije que había tenido mucha suerte porque prácticamente todas las corridas que había elegido (por toreros y por ganaderías) se habían cortado orejas y en otras hubo grandes faenas. De manera resumida le comenté los grandes momentos y aprovecho ahora para dejar algunos apuntes de las corridas que asistí.

El 23 de abríl, por fín cuajó El Cid en su viejo estilo de pase largo doblado sobre el toro con la mano cerca del suelo y tirando de él con ganas, se entendieron toro y torero y acabó con una oreja. Del mismo modo Joselito Adame toreó lento citando de frente y mató con una rotundidad que ya sólo la estocada mereció la oreja, en esta corrida Diego Urdiales, el de La Rioja, no estuvo nada centrado.

También Sebastián Castella el 5 de mayo, igualmente cuajaba en Sevilla con una gran faena, para mí inolvidable, a un toro bravo y noble, correcto en cada tercio: suave en el capote, entró bien al caballo, atendió bien a los banderilleros y no se cansó de embestir en la muleta humillando con el cuerno a dos dedos del suelo y Castella lo aprovechó con gusto, con torería y arte, con todo su repertorio de pases. Las dos orejas estaban en la mente de todos, pero las perdió por el descabello. Lo más importante es que hubo conexión triple: toro, torero y público y Castella que es un torero que gusta en Sevilla cubrió perfectamente el acto. Al toro se le aplaudió y se le dio una merecida vuelta al ruedo. 
Esa misma tarde Roca Rey aumentó algo más el listón y acabó cortando dos orejas, el joven peruano, con consejos de Campuzano, avanza con pié firme, no sólo es valiente sin límites sino que es frío y utiliza la cabeza cambiando si ha de cambiar, se acopla al toro para después mandar con poder, el toro siempre se lo pasa cerca de la cadera, le baja la mano y alarga los pases con el ritmo adecuado y sin prisas consiguiendo poner en pie a la plaza. Manzanares que participaba en esta corrida quedó eclipsado.

De Morante pude ver lo mínimo y lo máximo de las dos corridas elegidas, en la primera del 27 de abril casi no lo vimos más allá del paseíllo, tarde de lluvia y entre que los toros de Garcigrande no fueron muy bien y las pocas ganas del torero: el primero no le duró nada, y el segundo más o menos igual. Pero en la del día 2 de mayo apareció el Morante del gusto, del arte y de la planta torera y modélica fijado al suelo en los pases ante un toro colorao. No hubo oreja por culpa de la espada, pero no se echó en falta, pese a la importancia de la suerte última.
En la primera de Morante su desaparición la compensó El Julí, un gran maestro, siempre capaz de sacarle al toro lo poco que pueda tener y haciéndolo con gusto, con lentitud y tenacidad controla los tercios y en cada uno es fiel cumplidor de su oficio e insisto: también con arte.

Sobre los miuras, me llamó la atención los pesos de algunos toros por debajo de lo habitual, pero esta casta siempre es dura para los toreros y pese a eso Pepe del Moral entendió, para dominarlos, sus dos ejemplares, con magníficos naturales y fue capaz de hacerse con una oreja de cada uno. Con esta corrida del 7 de mayo terminaba la feria, para mí bien aprovechada.

Algunos platos:

Las manos se entrecruzaban para llegar al pollo empanado, las gambas o la gustosa tortilla de patatas, las sardinas marinadas y terminadas de preparar en dos versiones (en la imagen una de ellas) obtuvieron un gran éxito, tanto que se hubiesen llevado la imagen del encuentro, a mi modo de ver, pero creo que Alfonso se lo merece sobre todo por la capacidad de crear esos momentos alfonsinos con los que, como en este caso, consiguió establecer el apogeo del encuentro contándonos la ‘historia’ del peculiar torero Ignacio Sánchez Mejías y hechos paralelos enlazados a su vida o motivados por su propia vida.

Ignacio, Ignacio + Ignacio...

Adelanto que Ignacio se llama también el hermano de Alfonso que mucho tiene que ver en todo esto, pero no voy a descubrir nada de lo que Alfonso nos contó con todo detalle, porque todo llegará en su justo momento. Lo que sí fue cierto es que en su narración, como la de un experto cuentacuentos, nos envolvió en una atmosfera llena de sorpresas que, como un café cargado, hizo desaparecer instantáneamente los vapores de algunas botellas de Ramón Bilbao que nos habíamos repartido.

En la escena, unos ocuparon sillas y otros el asiento de piedra adaptado en el bancal. Algunos que ya hemos perdido masa muscular en los glúteos, percibimos la dureza del asiento que eran cómodos, pero duros para los culos escurridos de las personas mayores. Esto me hizo recordar que algunos ya lo portaban así desde su primera edad, como mi canijo amigo el "Lali" al que le decía su abuela: ’niño come más, que parece que te han comío el culo las curianas’.

Cuando Alfonso terminó tan interesante y curiosa historia, las aguas del Guadalquivir que bajaban hacia Sanlúcar de Barrameda ya volvían camino de Sevilla, terminamos los vinos y recogimos todo para dejar cada cosa en su sito, porque en el huerto cada cosa la tiene y de ello se encargan Pedro y Emiliano. Con este trajín unos subían peldaños con soltura y otros con empeño y esfuerzo, pero todo quedó como si nada hubiese pasado y la orilla del Guadalquivir sólo percibió el cambio de la corriente.

Antonio