domingo, 21 de julio de 2019

Tertulia Alfonso Macua-17 (8 julio 2019)

La sandía: Con tu permiso amigo Pedro. Para icono, el color también importa.

¡Qué titánica tarea la del cronista! Tener que regurgitar lo vivido en vómitos de palabras imprecisas. Y todo porque Antoñito está en la playa cuidando amorosamente de los hijos de sus hijos.

¿Y si grabáramos nuestras comidas, Antonio? Mataríamos varios pájaros de un mismo tiro.

¿Cómo? Vale, vale. Nos faltaría entonces la palabra y su poder evocador. Te entiendo. Es cierto, sólo la palabra se ve capaz de resucitar un recuerdo que vuelve refulgente y transmutado por la memoria. Ya lo dijo García Márquez (copiando a María de Maeztu): “LA vida no es como la vivimos, si no como se recuerda”. Todo sea, pues, por dejar recuerdos hilvanados con palabras apresuradas.

Vamos a lo que vamos. “El que pierde la mañana, pierde el día” dice la biblia.

A las nueve quedo con el Vizcaíno en la calle. A las nueve llega. El amigo Alberto es un amigo puntual.

lunes, 1 de julio de 2019

Tertulia Alfonso Macua-16 (3 junio 2019)



Entré por la calle Arfe, porque asuntos personales me entretuvieron por el centro. Seguí por las callejuelas siguientes ricas en sombras y me encontré, en un rincón adecuado y protegido de vistas, a la primavera en forma de pareja amartelada, no me sorprendió por ser muy propio de esta estación, lo curioso fue que si ella era madurita él ya estaba en la ancianidad, pero cojonudo para ambos. Como dijimos en la anterior tertulia sobre la primavera: “un renacimiento anual”.

Cuando llegué, acababa de hacerlo Alberto por mi mismo camino y me preguntó ¿Has visto la parejita? -Sí, buen tiempo este Alberto en el que no hay límites de edad para amoríos.

A efectos de icono para la tertulia he de decir que no tiene rival, si bien es cierto que adelantarlo es como descubrir el misterio de una novela negra en la primera página o como hizo Gabriel García Márquez en su libro “Crónica de una muerte anunciada”, pero estaréis de acuerdo en la elección con toda seguridad.

Casi todos acudimos a la cita mensual, sólo faltó Emiliano que tenía compromiso ineludible. En cuanto a la cocina estaba en marcha y a buen ritmo, y he de confesar que el impacto al contemplar el material para hoy fue total, pese a conocer de qué iba la cosa. Armando se pidió la organización del menú e introducir uno absolutamente granaíno con tintes serranos y alpujarreños, de tal manera que con ayuda de Pedro cubrieron las tareas dando el día libre de cocina a J. Antonio, aunque a la hora de aliñar tiraron de él e imagino que para algunas cosas más.