miércoles, 26 de julio de 2017

Encuentro 3 de julio de 2017



Raros, cuando menos, los días de finales de junio y principio de julio. Muchísimo calor, incluida la noche, y bajadas fuertes de temperatura con lluvias y tormentas. No ha sido hoy el peor día, pero el viento de poniente 'calentito', que corría por los callejones del arenal, es una contradicción nada habitual en Sevilla, donde el poniente fresco y el levante caluroso es la norma.

De todas formas es que a la predicción meteorológica, no ahora que ya tenemos el calentamiento global encima, sino que ya desde sus orígenes le encontraron una segunda función. Fue la primera poner en aviso a agricultores y pescadores, además de empleados para ir en coche o no a la oficina y coger paraguas y gabardina. La otra misión era la de 'acojonar' levemente al personal con las 'alertas', que han ido aumentando paulatinamente, de tal manera que hoy además vemos los ‘mapas de colores’ con alertas diarias y continuas. Cuando no son de tormentas y rayos, lo serán por vientos huracanados y cuando las temperaturas bajan y se tornan de azules y blancos hasta da frío verlos... al poco pasan al rojo cárdeno a ese 'rojo cereza', pero les falta el de la máxima temperatura de temple el ‘rojo blanco’ que conocemos los que fundimos en las fraguas cuchillas de tornos para pasar del hierro al acero templado y esos rojos acojonan ¿eh? dan 'caló ná más verlos'. ¡¡¡ Máxima Alerta, Rojo cárdeno !!! mañana peligro de 'golpes de calor'. El logro: Pueblo acojonado, pueblo controlado.

No pudieron asistir, por estar fuera de Sevilla, Alberto, Emiliano y Gabriel. Bien los echamos de menos.

El encuentro había de identificarlo la empanada de gambas, pero Alfonso nos la pondrá nuevamente, y estará de acuerdo conmigo, y en mi pesar, en dejar el perfil del torero Iván Fandiño una vez que viajó al mundo de los semidioses.

Hice una visita previa, justo a la hora que pasamos del ‘buenos días’ a las ‘buenas tardes’, para dejar dos docenas de Sfogliatellas para el postre. Al postre de hoy me  comprometí en el encuentro anterior, aunque lo hice para unos profiteroles que no encontré. Digo lo de días y tardes porque, como se comentó: italianos y franceses tienen bastante con el bongiorno y el bon jour para todo el santo día, aquí los días tienen varias franjas horarias, que deseamos que sean buenos/as a nuestros conocidos para: días, tardes y noches. 

Así que una vez dejadas las sfogliatellas en el frigo, me fui a atender, digamos, que tareas y compromisos familiares, para volver justo a la hora precisa de probar lo que quedaba aún del pepino y del tomate con una fría cerveza.

Ensalada de tomate y cebolla (o lo que quedaba):
Al poco llegó Enrique cuando de pepino ya no quedaba nada, pero sí algo de tomate y como Enrique desde hace tiempo recoge en imágenes lo que nos comemos, tomó la siguiente imagen para nuestra vergüenza, pero la dejo en imagen reducida, que parece menos cruento el acto.

No obstante, tanto una como la otra se convierten en entradas frescas y apetitosas que nos ayuda en un doble sentido porque además del placer de tomarlas, son sanas y saludables al dejar una buena preparación del estómago y por sus comportamientos diuréticos que también vienen bien para después depurar los platos más fuertes.

Gambas cocidas in situ:

Tiene su arte el cocido de las gambas y Pedro le tiene cogido el punto. Gambas las de este encuentro de buen tamaño y abundantes por demás. No era momento de plática porque la gamba requiere atención una a una para comerla: quitar la cabeza y degustar su jugo, las patas -que unas veces se comen y otras no- y quitar la coraza y obtener un suculento premio a cambio de un pequeño esfuerzo… este agradecido proceso es similar al placer de comer pipas de girasol que del mismo modo con un pequeño esfuerzo se obtiene un gran resultado o premio.

Con gran acierto, en la mesa aparecieron botellas de blanco de Rueda obtenido con la variedad de uva ‘verdejo’. Este vino frío encajó perfectamente con las gambas blancas y también con el plato siguiente de pasta. No obstante Enrique se preguntaba que por qué no un tinto?, y es que confesaba que los blancos, incluso siendo de Rueda y de verdejo, no eran de su preferencia, de tal manera que J. Antonio abrió una botella de tinto que al final algunos más probamos.


Fusilli o espirales:

Pedro había preparado esta gran fuente de fusilli, pasta de tres colores según con lo que la pasta se hubiese mezclado: con trigo las espirales amarillas, con espinacas las verdes y con tomate las rojas, que por cierto no sé si los italianos lo hacen a propósito o no, pero este plato bien mirado representan los colores de la bandera italiana.

No sabemos qué salsa le puso Pedro, y como soy un negado para distinguir sabores tampoco puedo adelantar ingredientes, sólo se me hacía visible una mayonesa. Fuera lo que fuese la pasta resultó estar muy, pero que muy buena y la cantidad claramente estaba pensada para incluir las tres ausencias y si acaso alguna visita inesperada.

Fue con la pasta que surgió la charla iniciándose en la muerte del torero Iván Fandiño, seguimos con la tauromaquia, los antitaurinos, animalistas, etc. y cómo es habitual, en temas complejos, como es este, surgieron las tres posturas clásicas: defensores, críticos y neutrales y de ahí se saltó al ámbito literario, previo recuerdo de Alfonso de “Ocnos” acompañado de sonrisa y guiño. Lo sorprendente es cómo conectó el asunto taurino como la muerte de un torero, con el arte literario centrado sobre todo en la poesía, más que en la prosa. Algo habrá en nuestra cultura, en nuestras vivencias y en los genes que haga posible esta conexión neuronal.

Empanada de gambas:

Una caja de cabezas de gambas esperaban en la mesa que no fueron al bidón de la basura orgánica. ¿Para caldo, Alfonso? pregunté, No. Las freiré y trituraré para incorporar a la empanada junto con otros elementos, aparte del principal: gambas.

El hojaldre de la empanada era ligero, fácil de comer y el contenido tenía potencia con la preponderancia de sabor al marisco. Un plato ligero y sabroso del que dimos buena cuenta.

Iván Fandiño:

El 17 de junio 2017 fue la cogida mortal en Francia de este pequeño gran torero vasco (Orduña, Vizcaya) de 36 años, ya han pasado unos días, pero la muerte de un torero en nuestro país deja mucha huella. A Iván Fandiño he tenido el honor y la suerte de verlo varias veces, siempre se me viene a la cabeza como matador de toros difíciles, en dura briega. Por ejemplo ante los bravos y grandes toros de Miura (Sevilla 2015) y ante los Vitorinos (Sevilla 2012) más ligeros de peso, pero de igual o mayor bravura. Fandiño aceptaba sin dudar los contratos con estas ganaderías que otros toreros se permitían soslayar, él aprovechaba su gran poder para sacar su arte ante los endemoniados toros de sangre de estas dos ganaderías, que deberían ser ejemplo a seguir por el resto para así mantener la fiesta en el lugar que debería estar.

Sobre la fiesta de los toros:

Sobre el funesto suceso nos pronunciamos con pena generalizada y unánime, pero con relación al mundo de los toros no fue igual, de tal manera que expongo las posiciones comentadas a continuación:

Pedro: No soy aficionado, pero soy enemigo de prohibiciones, no obstante me parece ver que la gente disfruta con la violencia y la incertidumbre del riesgo, creo que hay morbo en buena parte de los espectadores…

Miguel: Ni quito ni pongo, y añade que reconoce el valor del toreo y de su historia así como el mérito de las grandes figuras. Además comenta estudios sobre la ausencia de sufrimiento del toro, al menos como lo entendemos nosotros. Los animales, dicen,  tienen los sentidos distintos a los humanos: el oído y el olfato de los perros, la visión de las águilas, o la visión monocolor de los toros, del dolor habría que preguntarse ¿cómo les afectará? ¿Cómo trabaja su sistema nervioso?. De todas formas opina que la suerte está echada, los toros flojean, entre ganaderos y toreros diseñan un toro demasiado manejable que los aficionados no desean, el número de corridas disminuye año tras año y el toreo se terminará en poco tiempo.

J. Antonio. ¿Se podría terminar la lidia sin matar al toro? Varias veces lo repite, porque cree que puede ser una solución al debate.

Enrique: En Francia no se mata al toro.

Alfonso: En Francia si se mata al toro, y además la tauromaquia está en auge. En cuanto a Portugal en determinadas plazas están pidiendo que se mate al toro. Hace poco a Padilla le pidió la gente que lo hiciera, cuando terminó su lidia la gente gritó: ¡Mátalo!, ¡Mátalo!.
Por otra parte hay gran contradicción en los antitaurinos, porque si lo que quieren es que el toro de lidia viva, y creen que simplemente bastará, para ello, con acabar con el mundo del toro, en realidad le están haciendo un flaco favor, porque sin ese mundo taurino la raza del toro bravo desaparecerá.

Miguel: Pero hay más, y es que el toro de lidia forma parte de un ecosistema equilibrado como es la dehesa, con su fauna y flora. Si el toro de lidia desaparece terminarán con las dehesas de encinas y alcornoques y con la fauna correspondiente. Este necesario y vital ecosistema se perdería en favor de trigales y otros cereales.

Luis: Insiste en la línea de Pedro en que hay morbo en los espectadores, atracción por la sangre y el peligro de muerte, esta posibilidad, siempre presente, les tensa, les paraliza el aliento y remueve la adrenalina. La gente está expectante y a la espera de un desastre sangriento. Por otra parte, remata su argumento diciendo que 'a estas alturas del siglo XXI no se puede entender el maltrato animal'.

Miguel: Le pregunta ¿De qué tipo de maltrato hablas?. Lo del maltrato es muy relativo, o no lo es la matanza de 40 millones al año de cerdos en nuestro país y varios millones más de caprino y bobino… Y de pollos y pavos, de molestos insectos y especies variopintas, etc… Por qué la vida de tres mil quinientos toros anuales en nuestro país se sitúa a la cabeza de la lucha de los animalistas? Conociendo los datos anteriores. ¿Es maltrato las infra-condiciones de vida de los animales de las explotaciones ganaderas?.

Antonio: Pero esa fijeza en el maltrato animal, no debería olvidar el humano ¿Por qué a este grupo de personas que les une el maltrato específico de los toros, nada dicen de los niños que mueren diariamente de hambrunas, explotación laboral, inmigración, etc..?

Luis: No es lo mismo la muerte de los millones de animales para la alimentación, porque esta no se realizan ante espectadores, la de los toros en la plaza sí y se hace como un espectáculo, en el que aplauden los castigos y se ensañan apoyando varas de los picadores, banderillas y finalmente estoque y muerte con vítores y palmas. (De lo niños nada).

Antonio: Es cierto Luis. Aunque sea poquísima la sangre que se ve en la plaza en relación con las decenas o centenas de litros de los mataderos bajo luz artificial y sin nadie que lo vea, más allá de un matarife con botas de agua para andar entre los charcos de sangre, o un responsable de la muerte en serie por descarga eléctrica o mecánica previo al despiece.

Es cierto que la muerte y la sangre ya nadie la quiere ver y nuestros hijos les costaría comer pollo, pavo, un cordero lechal, un ternero o un pequeño lechón si tuviesen que matarlos ellos mismos con sus manos, cosa bastante habitual de nuestros padres y que yo mismo he tenido que practicar cuando adolescente.  La sociedad se esconde de una realidad inefable que es la muerte que no hace tanto siempre estuvo visible y cercana. Nuestros familiares se amortajaban en su dormitorio y se velaban y lloraban en su casa, en cuanto a los animales se mataba al cerdo para el año o al pavo para la navidad, quizás por esa lejanía cada vez le tememos más y la queremos lo más lejos y escondida posible. La 'civilización' con la especialización y división del trabajo creó los asépticos, fríos e impersonales tanatorios y por otra parte nos hace expertos en una materia e inútiles en otras muchas, además de convertirnos en hipócritas de manos limpias y estómago lleno. Sangre y muerte la menos posible que somos muy sensibles y civilizados, pero algo más asustadizos, también.

Defensa de la fiesta de los toros:

Dije que el debate de la fiesta de los toros, no creía que se basara en una cuestión ni ecológica, ni sentimental, ni biológica, ni el amor al morbo, ni siquiera un problema de derechos de los animales que se pretenden acercar al de los humanos, porque en el caso de atender a los animalistas e implantar tajantemente el respeto a la vida de los animales gran parte de la población diría ¡¡ Hasta aquí hemos llegado. Con las cosas de comer no se juega !!.

Para mí la pregunta es: por qué la atención de los antitaurinos y animalistas se centra únicamente en tres mil quinientos ejemplares de toro de lidia al año. ¿De verdad, de verdad que no levanta sospechas?. Y no es conspiranoia, pero ¿quiénes son, que pretenden y quién pudiera estar detrás de dicho grupo?. Lo cierto que la sociedad se ha dividido en dos y se dedica tiempo a ello desde los medios… evidentemente quitándoselo a otros asuntos, quizás más importantes ¿O no?.

Para mí, es una cuestión cultural, el asunto del toro de lidia es viejo como la más vieja civilización, al menos mediterránea e incluso más concretamente ibérica, donde se da la paradoja de ser el único lugar del mundo que cuaja el mayor desafío de los humanos ante los mitos, donde se acaba matando a un dios y después se come. Eliminar la lidia es como matar a un dinosaurio que encontrásemos vivo.

Por tanto, otra pregunta complementaria ¿qué aporta la fiesta de los toros que la convierte en objetivo a anular y hacerla desaparecer?

La fiesta de los toros, aparte del enfoque chusco y tradicionalista de la mantilla y el folclore de toreros y cantantes de copla; aparte del negocio ganadero vinculado a los latifundios y grandes propietarios como la iglesia -que ya explotaba la crianza del toro bravo- y que con la desamortización tierra y ganado bravo pasaron a manos de la nobleza, aristocracia y algún agricultor ganadero venido a más; aparte del impacto de la salida de la pobreza de un desarrapado por el éxito en la plaza, un 'modelo español' muy similar al 'modelo americano' dado el carácter unipersonal del éxito. Aparte de todo esto, a la fiesta le queda sólo un valor.

Un valor que su esencia no interesa promover ni difundir y del que hay que alejar a la sociedad. El valor de la tauromaquia está en el enfrentamiento sereno y valiente ante la presencia de un peligro inminente, un peligro que en el caso del toro es un peligro de muerte, un peligro presente durante toda la lidia. La lidia, es una verdad por muy adulterada que se presente hoy, porque a veces ocurre lo posible y la realidad pone los puntos sobre las ies (caso Fandiño, Victor, etc.).

La lidia tiene gran semejanza con la vida y la superación de los malos momentos, nuestra lengua está llena de similitudes entre la vida diaria y el toreo. El enfrentamiento al toro negro, que arremete con toda su fuerza y que se espera a pies juntos sin moverse y con un pequeño trapo para tu defensa y posterior dominio, requiere un valor excepcional y mucha sangre fría porque tu vida está en juego, y si además a este acto le aportas arte en las maneras, los modos, los ritmos, la plástica y la conexión y fijeza entre ambos elementos (toro-torero) la esencia del toreo sube a niveles superiores y el torero se convierte en un ejemplo. EL EJEMPLO A SEGUIR.

El comportamiento del torero es el modelo a seguir en la vida, el comportamiento ante el toro negro de una enfermedad, ante el toro negro de los abusos y las humillaciones, ante los toros negros de las reformas laborales y ante el 'queo' y el 'tango' del sistema bancario financiero -y productivo también-, los toros negros de las mentiras de las grandes empresas y de los gobiernos. El toreo parte de mantener la 'postura' con orgullo, con gallardía, con la cara bien alta y la mandíbula en punta (como la imagen de Iván), que no es más que mantener la dignidad ante un negro o incierto destino, una dignidad echa imagen por ellos, al mantener la resistencia al envite (embiste) diario de la vida, que cada vez más es equivalente a la supervivencia.

Por eso puede interesar que la lidia aparezca falsa, que los toros sean blandos y que los encuentros toro-torero aparezcan como un fraude. Tal vez con este panorama no hagan falta los antitaurinos para acabar con la fiesta. Lo que si es seguro es que si se sigue así sencillamente se devalúa la valentía y la fiesta. Y es que el valor del pueblo es considerado un gran peligro que atemoriza a muchos. Un pueblo valiente es más difícil de controlar...

Postre de Sfogliatellas: 

J. Antonio, se levantó y al momento apareció con el postre, que vino bien para dulcificar el momento tenso de la tauromaquia.

De este dulce elaborado en una pastelería de aquí cerca, habría que decir que es de origen napolitano un dulces de hojaldre ligero y finísimo relleno de crema, chocolate o almendra que parecía a propósito de la línea marcada por el plato principal de empanada igualmente de hojaldre.

El salto a la poesía:

En el fondo de lo dicho anteriormente descansaba el desánimo de la muerte de un torero en la práctica de sus funciones y el pesar melancolico de los deseos que no se cumplen, una eclosión de sentimientos profundos, así como la expresión de ello en la escritura que cuando hay que darle aire siempre se hará a través de la poesía.

Las copas digestivas:

Después del licor de hierbas Pedro aprovechó su pasada efemérides del 29 de junio -San Pedro (el de las llaves) y San Pablo (el de la espada)- para invitar a una copa, ya que el momento entraba en un ámbito muy atractivo para todos.

Se habló del arte de escribir y al momento del cómo hacerlo: en prosa o en poesía y de la habilidad para ello de Emiliano, dijo Enrique; también para la poesía infantil la tiene Luís, dije yo y añadí que el dominio en los sonetos de Pedro no era menor, como tampoco lo era, con las pruebas en la mano de sus publicaciones, del gusto de la prosa imaginativa de Alfonso. No olvidemos tampoco que aunque no esté presente en los encuentros la compañera y esposa de Miguel nos dio muestras de su facilidad y maestría en los sonetos.

Pedro comentó la dificultad del soneto y Miguel recordó obras poéticas de Borjes y otros autores en los que la profundidad en el ser humano se mueven como pez en el agua.

¡Miedo me da!, confesé. Me da miedo la poesía que obliga a escudriñar en los más profundos sentimientos y entresijos del ser humano y me quedo por ello en la poesía mas cotidiana y cercana del mirto y la yerbabuena y del monte gato garduño de Lorca o las sonoras de León Felipe y las cargadas de futuro de Gabriel Celaya, etc.. En cuanto a escribir considero que es una actividad que absorbe todos los sentidos, es buena para que las ideas se estructuren y encajen bien en la cabeza, no es como otras que permiten a la mente escapar mientras la continúas, como ocurre en la lectura que se ha de volver a releer lo reciente porque la mente voló a otras latitudes. En la escritura no puede ocurrir, o escribes con todos los sentidos o ni una sola palabra saldrá a la luz.


Retener las diversas declamaciones poéticas de Miguel y de Pedro me ha resultado imposible obviamente, pero Pedro me ha dejado dos enlaces uno de Luís Cernuda, HE VENIDO PARA VER, Los placeres prohibidos, que se puede acceder  PICANDO AQUÍ

El deseo, lo imposible... la vida colgada entre la realidad y el deseo.


y LAS COSAS, Poemas de Jorge Luis Borges que igualmente se puede acceder PICANDO AQUÍ

Las cosas, humanizadas, se nos vuelven misteriosamente cercanas.

<< en un establo que está casi a la sombra de la nueva iglesia de piedra, un hombre de ojos grises y barba gris, tendido entre el olor de los animales, humildemente busca la muerte como quien busca al sueño... >>

De todas formas dejo a continuación alguna para no perder tiempo en internet:

HE VENIDO PARA VER
He venido para ver semblantes
Amables como viejas escobas,
He venido para ver las sombras
Que desde lejos me sonríen.
He venido para ver los muros
En el suelo o en pie indistintamente,
He venido para ver las cosas,
Las cosas soñolientas por aquí.
He venido para ver los mares
Dormidos en cestillo italiano,
He venido para ver las puertas,
El trabajo, los tejados, las virtudes
De color amarillo ya caduco.
He venido para ver la muerte
Y su graciosa red de cazar mariposas,
He venido para esperarte
Con los brazos un tanto en el aire,
He venido no sé por qué;
Un día abrí los ojos: he venido.
Por ello quiero saludar sin insistencia
A tantas cosas más que amables:
Los amigos de color celeste,
Los días de color variable,
La libertad del color de mis ojos;
Los niñitos de seda tan clara,
Los entierros aburridos como piedras,
La seguridad, ese insecto
Que anida en los volantes de la luz.
Adiós, dulces amantes invisibles,
Siento no haber dormido en vuestros brazos.
Vine por esos besos solamente;
Guardad los labios por si vuelvo.



Y la de Borges:
El bastón, las monedas, el llavero,
la dócil cerradura, las tardías
notas que no leerán los pocos días
que me quedan, los naipes y el tablero,
un libro y en sus páginas la ajada
violeta, monumento de una tarde
sin duda inolvidable y ya olvidada,
el rojo espejo occidental en que arde
una ilusoria aurora. ¡Cuántas cosas,
láminas, umbrales, atlas, copas, clavos,
nos sirven como tácitos esclavos,
ciegas y extrañamente sigilosas!
Durarán más allá de nuestro olvido;
no sabrán nunca que nos hemos ido.

Jorge Luis Borges


En lo literario, mi pena, y no es victimismo a estas alturas de la vida porque millones de españoles estuvieron igual, es que después de los estudios primarios 'extraoficiales' ante un semioculto maestro republicano con el que sí conocí a Rubén Darío y otros poetas, sólo un año, de los estudios oficiales que pude realizar, vi un libro de literatura y otro de historia. Fue en el pre-aprendizaje a los oficios de La Hispano Aviación (con 12 años). La industria franquista únicamente requería los conocimientos propios de los oficios ¡Para que querrán los trabajadores las humanidades!. De manera que siento que las crónicas no sean imaginativas ni resalten en lo literario, y si acaso al menos, queden en la frialdad técnica y aséptica de la narración de unos hechos acontecidos que pueden ser acompañados de fechas y circunstancias relacionados con los mismos y nada más.

Pero confieso que no ha sido esa mi intención, sino todo lo contrario he pretendido incitar el debate, que hubiese y se percibiese la participación libre, si bien subjetiva y particular tanto del autor como del resto, motivar argumentos, todo ello con  aportaciones personales aclaratorias y con juicios de valor, consciente de la subjetividad e intentando reducirla al mínimo, tal y como el género de la crónica establece en base a sus dos principales características: Información y valoración (del autor por supuesto). 




Se terminaba la tarde y a todos nos agradó, a mí particularmente mucho, que Alfonso mostrara un buen grado de felicidad en su rostro, y refiriéndose a la tertulia y a los encuentros dijo que estaba muy contento con ellas.



Nos vemos en Septiembre, 
Antonio