domingo, 20 de febrero de 2011

Nueva configuración. La cosa

Las crónicas de Antonio son de lo más interesante, objetivas, pero no pierde la oportunidad para hacer referencias incisivas, normalmente en los epílogos de la cosa, o sea después del café, cuando llega la copa. Gracias Antonio. Un apunte, las fotos que introduces de los platos, cuando se usa la opción de la entrada de ponerlas en grande o extragrande pierden definición y se pixelan. Es porque las reduces previamente?. No es necesario, lo sé por el blog de planho. Puedes meter la imagen al tamaño que tenga, que el blog se encarga de reducirla y después ya en el blog tu manejas el tamaño. O sea que en este caso el tamaño es irrelevante. Si bien el tamaño de partida no debe de ser demasiado pequeño. Pruebo con unas fotos de la casa de nuestro amigo Pedro, mi segunda obra, año 82, que alegría me da cuando Pedro me comenta que cada día le gusta más la casa, van a hacer 30 años, increíble.





Ya veis que he estructurado las categorías, quizás sean demasiados los apartados del soneto, aunque como ya se explica en la primera entrada del soneto, no solo de sonetos vive la poesía, pero era por hacer la búsqueda más fácil, si bien obliga a algunos a repetir el soneto, para no ver en su apartado el escuálido numero uno. Se admiten sugerencias. Lo de la copa de vino ha quedado demasiado evidente, pero no se como darle algo de transparencia. Otra cosa, digo yo, sería encontrar una copa de vino blanco.  He creado el apartado “ocurrencias, citas”, para todo lo que a cualquiera pueda ocurrírsele, cajón de sastre, cualquier cosa, las citas par la próxima comida, en fin lo que sea. Por eso la estoy usando en este momento para comentar estos temas relacionados con la estructura de la cosa.

Como lo de “la cosa” se repite mucho, voy a comentar de donde viene esta “vaina”: “La cosa” y “la vaina” son las dos palabras que más se repiten en cualquier conversación o relato hablado en Republica Dominicana (añorada República Dominicana, dominicanos y ..dominicanas). Aparecen en las conversaciones del colmado, en las relaciones de trabajo, en las clases del profesor de Universidad o en las homilías de los presbíteros, tanto los católicas, como  los de las otras religiones y sucédenos que tanto abundan por allí con nombres tan exagerados como Iglesia de Jesús de Pentecostés y de la cuarta semana de Adviento, en cierto modo similares a los de las cofradías de aquí: Jesús en el segundo bancal del huerto y cosa….

“La cosa” tiene una acepción que añade más superficie al ámbito de la cosa. “El coso”, no sabría determinar cuando se usa en masculino y femenino, creo que depende más bien de cómo le venga en gana al que diserta sobre la cosa. “La vaina” es algo parecido “la cosa”, pero es algo más inmaterial todavía, una vaina es cualquier cosa, pero supuesto recurrida ampliamente para situaciones de las que no se quiere seguir hablando, remate de conversaciones que irritan o simplemente para definir aquello cuya fonema no encuentras. Menos mal para el buen gusto, mejor dicho par el buen oido, que no existe el masculino de la cosa: “el vaino”

Bueno chicos a ver si os animáis. Si queréis hacer alguna entrada tenéis dos posibilidades: Primera, enviáis el archivo por mail a Antonio a a mí. Segunda, que me parece al lógica y nonmal (de normal) que es que la hagáis vosotros en cuyo caso basta con entrara en “acceder” en la parte superior derecha de la página y después introducir el nombre y contraseña que en su día a todos nos facilitó Antonio y que si no la recordáis, volvéis a pedir a Antonio o a mí. Animo colegas.

Ah una última cosa. Mary Mercant, querida Mary, ha elaborado, fabricado, tejido, con esmero dos sonetos bien logrados, que no me permite colocar en el blog. Espero que pronto cambien su recatada actitud y ella misma haga la entada, entrada por la puerta grande. Miguel, tu seguro que puedes hacer algo para lograr el objetivo. Un abrazo.

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