domingo, 7 de abril de 2013

Encuentro 4 de marzo de 2013 (El Grabi)



Llegué tarde, Pedro me dio el toque, pero ya estaban todos cuando llegué. Me perdí los prolegómenos que tienen ese punto de ritual que se repite después de un mes, en este caso el menú no hay que recordarlo porque, aunque era diverso, lo era dentro de un área alimenticia basada en el mar: marisco. Pedro y Alberto pusieron una nota de color con un arroz seco y fluido, y Alberto unas alcachofas rellenas de marisco y unas, recién traídas desde Galicia, pequeñas vieiras (no recuerdo como se llaman, porque tienen nombre propio, pero mi cultura marisquera no es lo que debiera) que vinieron  como anillo al dedo.

El personaje: Gabriel.

A Gabriel se le homenajeaba, hay que decirlo, si bien con el deseo de todos, por un especial interés de Alberto y es que lo de las tertulias hace amigos, unos más que otros, pero nunca hace enemigos. La conversación, la confrontación de ideas, hace amigos en la discrepancia y en la afinidad. Y digo yo, si la gente normal es capaz de convivir incluso en la diferencia, ¿por qué es tan difícil y tan costosa la convivencia con nuestras propias instituciones, que al fin y al cabo las ponemos y pagamos nosotros?.  Algo no funciona.

El Grabi se jubiló, definitivamente lo hizo. Se supone que le empujaron a hacerlo, le tramitaron los papeles a traición, porque si no hubiese seguido. Gabriel es de la generación que empezó pronto y termina tarde (a trabajar, me refiero), es de la generación contraria al “ni-ni”, que sería la del “si-si” (no la emperatriz, evidentemente), o sea la del “Sí trabajo y Sí estudio”, es más, la segunda tarea no estaba muy extendida ya que parte de esa generación “si-si” pertenecía a una modalidad como la que sigue: “Sí trabajo y Sí trabajo”, o sea que para sacar al conjunto familiar palante había que trabajar todo el día y parte de la noche.

Gabriel está cansado, pese a que él se resista a asumirlo, aunque se resista a cerrar la etapa sin retorno, con lo que todo ello conlleva. Y lo entiendo, sobre todo en lo del cansancio, porque por mi parte siempre digo que mi cansancio no es sólo mío, es una herencia que viene de lejos de generaciones anteriores de muchos Sánchez atrás. No sé si los Tomillos tuvieron una casa blasonada y un abuelo que ganara una batalla (como decía León Felipe), pero entre la rama Sánchez de la que vengo, estoy seguro que no, al menos, mi cansancio ancestral no sería tan real.

La prueba de que está cansado la dejamos para el final, en una imagen, como un homenaje… Dice Gabriel que cuando se quede “colgado” entre las palabras que cruzan las mesas, entre las copas y las tapas, que no os sintáis ofendidos, sino todo lo contrario porque dice: “solo me “cuelgo” cuando me relajo, cuando descanso, cuando recupero mi persona, mi yo, cuando me siento a_g_u_s_t_o”. Así, Gabriel nos transmite el perenne esfuerzo de toda su vida desde que vió la luz serrana de Nerva que olía a pinos, a mar y a minerales. A veces me habló de sus antecesores mineros y hace unos años con su singular ironía, perenne como su cansancio, también lo hizo sobre “los puestos de trabajo del vertedero”.

Cómo no recordar de Gabriel, a lo largo de su vida laboral, sindical y política: su honradez, su lealtad, su pulcritud técnica, el respeto a sus compañeros y su valentía en la lucha sindical y política, un comportamiento que le ha supuesto, más de una vez, por decisión propia, elegir el paro antes que la corrupción.

Tuvimos la suerte Alfonso y yo de estar juntos con Gabriel en la pelea desigual ante la multinacional Dragados y Construcciones, y logramos cosas increíbles para las fechas en la que peleábamos, pero el coste de esas victorias las pagan algunos de los causantes y los tres terminamos en la puta calle, todos casados con hijos y más tiraos que un perro, ¡celebrémoslo!.

Marisco y vino blanco:
Andaban picando aquí y allá y tuve que emplearme a fondo, porque “esta gente” le había metido mano a la primera tanda y coger al pelotón solo, ya sabéis que supone un gran esfuerzo.

El menú se componía de: Gamba blanca, Cigalas, Langostinos, Coquinas, vieira pequeña, cogollos de alcachofa rellena de marisco y arroz. Esta vez solo vino blanco y más blanco.

 

¿Qué elegir?. Pues de todo, porque la gamba blanca, paisana de Gabriel, es un ejemplar exquisito, así como la pequeña y humilde coquina con vino, aceite y perejil que es un manjar ante mucha almeja de carril, la cigala con su cola jugosa y el langostino carnoso… y sobró, manda güevos, y sobró. Pero como los insaciables son como son, pues si se les cambia el tercio hacia la salsa de los cogollos de alcachofas, a la pequeña vieira rellena y al arroz seco y fluido, pues siguen y siguen…

La Charla: 
Se habló de todo, pero recuerdo, después de un mes, porque no he tenido tiempo ni de rascarme, que hubo dos cosas que marcaron este encuentro, ya sabéis que cada uno trata un asunto con especial énfasis, pese a la monótona crónica, que al fin y al cabo es de todos.

Los vascos:
Lo más destacable fue entrar en detalle de lo atractivo y complejo de los apellidos vascos, pero sacarlos a la palestra es como vulnerar la privacidad de sus propietarios, pero dejamos constancia con esta mención y resaltando que esa mezcla de consonantes suena especialmente extraña hasta incluso a sus vecinos más inmediatos. Sobre la lengua vasca, las últimas noticias de un investigador, es que el vasco tiene “una lengua de  origen” y es el dogón una lengua que se habla en Mali desde tiempo inmemorial. Sí Mali, ese país africano de la reciente “guerra preventiva” en la que los franceses no dudaron entrar de lleno en horas, os dejo enlace para que podáis comprobarlo, espero que Arzallus no le ponga peros.


La historia del país vasco, tiene un gran atractivo, por su peculiaridad de pueblo no romanizado, misterioso por su ubicación montañosa intrincada y trabajosa. También hablamos de los segundones y de todo un modelo económico para la persistencia y conservación de la unidad productiva agropecuaria (El caserío), por encima de los sentimientos y la equidad de reparto fraternal de la herencia.

El movimiento social de movimientos:
La otra conversación versó sobre un nuevo movimiento social con pretensiones de unificar los movimientos sociales existentes y de buscar un acuerdo de mínimos para  proponer una plataforma electoral fuera del arco parlamentario actual.

En los últimos tiempos, desastrosos tiempos, siempre abrimos debate entre los platos sobre sorpresas de las medidas económicas, laborales y políticas que se toman y también de las que inexplicablemente no se toman, del mismo modo se hace sobre la corrupción política para financiar a los partidos, también de la empresarial y financiera y de sus trapicheos de maletines de unos y la presencia en los paraísos fiscales de los otros, así como de los desencuentros en la justicia en la que se enfrentan jueces o jueces y fiscales para ayudar a inculpados, justificándolos o para inculparlos y perseguirlos.

Pero esta noticia, ajena en los medios, llamó la atención a los asistentes y se interesaron seriamente por ella, y es porque hay una demanda social fuerte por algo parecido, pero creo que  será complicado que cuaje por la propia idiosincrasia de la izquierda tan libre e independiente, tanto en grupo-formaciones como miembro a miembro. Que se constituya una movida como esta es una tarea complicada. Lo cierto es que más de uno pidió fecha y hora de la próxima reunión, ya veremos.

El día 13, nueve días más tarde de este encuentro, apareció una noticia sobre el tema, creo que la única, que se puede leer aquí…

http://www.eldiario.es/andalucia/Ciudadanos-movimientos-Sevilla-presentarse-elecciones_0_110589721.html#

Lo que os puedo adelantar es que los que aparecen como participantes en el artículo no son todos, pero que por este tipo de movimientos anda la cosa con la consabida necesidad de que se asiente en las bases: barrios, fábricas, universidades y vecindarios  

En ello estábamos cuando aparecieron dos platos más:




Y lo que decía, seguimos comiendo, si bien es cierto que fue una grata sorpresa probar sobre la mediana concha de santiago la preparación que Alberto había producido, más una vez agradecida Alberto aclaró que practicamente no había hecho nada porque las envían así, igualmente nos comentó de los cogollos y nos invitó a repetir sin que hubiése rechazo.

Evidentemente entre lo comido y hablado alguien se fue sintiendo agusto, detrás, con traviesa mirada observa Alfonso. Lo prometido es deuda...


Fue un instante, pero así quedó, el café le vino, mejor dicho nos vino, bien, y la copa la tomamos fuera, allí cerca del postigo, por la calle Arfe entre callejuelas mojadas.

Antonio    

No hay comentarios:

Publicar un comentario