lunes, 18 de noviembre de 2019

Tertulia Alfonso Macua-20 (4 noviembre 2019)



Un auténtico desastre el asunto de las fotografías, dado que el reportero oficial Enrique no pudo asistir al encuentro. Sólo dos existen: plato principal y postre, de manera que dada la calidad de la imagen de la del postre he de elegir como símbolo gráfico de esta tertulia al sabroso y contundente arroz con codornices (lo que no resta nada en absoluto a la calidad gastronómica del plato).

Los lunes al sol de los pensionistas:

Todos los lunes por la mañana en la Plaza Nueva y separados de las puertas de “nuestro” Ayuntamiento por algunas furgonetas de policía –para nuestra seguridad- se concentran un buen número de pensionistas hombres y mujeres “de edad”. Muchos de ellos, con chalecos amarillos reflectantes y otros con pañuelos al cuello del mismo color, son viejos conocidos de otras luchas: algunas viejas y otras no tanto provocadas por la crisis del 2008. Aparte de esa “edad”, sus voces y sus rostros desprenden la fortaleza del granito. Pero no es esa sólo su fuerza. La primera está acompañada, a la vez que con su experiencia de lucha, con otra mucho más potente y es el conocimiento de la historia de las pensiones desde lo que en su día se llamó el Retiro Obrero hasta la Seguridad Social de nuestros días; ídem de su conocimiento de toda la legislación, de los recortes y ataques que el sistema ha sufrido, etc. por tanto su gran fuerza es su ARGUMENTARIO, nada de inventos, nada de Noticias Falsas, ni de verdades a medias, nada de Planes de Pensiones oportunistas y potenciados por la instauración del miedo por unos asusta viejas que repiten y repiten con los apoyas mediáticos y de gobiernos liberales y neoliberales que el sistema público está en bancarrota.

Con sólo dos hojas de cálculo demostraban con datos oficiales tomados de la Seguridad Social que si a la caja de pensiones les devolviesen lo extraído por los ministerios de hacienda del bipartidismo habría pensiones hasta el 2045 sin ningún problema.


Allí estuve antes de llegar a la tertulia, en la que comenté esta situación de cada lunes, en la que un nicho de dinero acumulado sólo por los trabajadores para sus “pensiones”, lo que supone una de las patas esenciales de la Sociedad del Bienestar, quiere ser arrancada y controlada por los poderes económicos ¿Cuál será la siguiente riqueza pública, de los trabajadores o de todos los ciudadanos, la que se convertirá en objetivo, para clavarle el diente?.

Si los pensionistas cesan en una lucha, de la que claramente se dijo que no era sólo para ellos, sino para sus hijos y nietos por lo que había que mantener a toda costa el carácter solidario e intergeneracional que éste sistema público de pensiones supone, ¿Quién o quiénes tomarán su lugar?. Su lucha debería ser apoyada por todos sin ninguna duda.

Entradas de Aliños de Pepino, Tomate y cebolla y Puerros:

Fue J. Antonio el que preparó, y en más de una ocasión, estas entradas. Los puerros los hierve previamente al aliño sin más acompañantes que el aceite de oliva virgen extra; a los tomates les quita la piel y también a los pepinos que por cierto sus rodajas no estaban acompañadas como en otras ocasiones con cebolla. El hervido y la ausencia de piel en estas entradas las hacen más suaves y agradables a la hora de tomarlas.

Terminadas las entradas J. Antonio nos recordó a todos que el viernes día uno fue el día de todos los santos y el sábado el de los difuntos y que las entradas las había preparado en recuerdo de Alfonso Macua ya que eran muy de su gusto y si patos principales repetía pocos en el caso de las entradas le importaba menos. En efecto era así y todos los presentes le agradecimos a J. Antonio que nos trajese al presente el recuerdo del Macua.

Miguel en esta ocasión dejó hacer. Contó que anduvo de médicos, pero sin extravagancias, de manera que en poco se plantea hacer deporte suave para mantenerse en plena forma. Volvió a pedirnos alguna foto para su proyecto y alguno se adelantaba haciéndole algún encargo a Miguel que anteponía el proyecto, pero evidentemente siempre que les enviasen el material necesario.

Armando, que andaba bien atareado con el arroz tuvo tiempo, aparte del picoteo, de mostrarnos el mensaje por WS de Dan en el que en perfecto inglés nos decía que pronto nos haría una visita. También comentó que iba a presentar una exposición de sus cuadros, pero no me quedé con el sitio…

Champiñones rellenos:

Mientras el personal llegaba, como lo hicieron Luis con bolsa que portaba con gran cuidado para que su postre llegase intacto; Gabriel con un combinado estiloso de puro lujo y Alberto como un experto jubilado, ya habíamos picado de las entradas que J. Antonio puso en dos platos de cada cosa para empezar y que añadió nuevos platos para las últimas incorporaciones.

Si bien los dos platos de champiñones rellenos, que realmente tenían más protagonismo que las anteriores, los retuvo hasta última hora cuando ya estábamos todos y también para que se tomasen templados y recién sacados del horno. Un placer por jugosos, sabrosos y tierno bocado unos champiñones hermosos. Todos tomamos de todo y con suficiencia. 

En esta fase de mesa informal y de trabajo no nos metimos en honduras y menos aún en las elecciones generales que teníamos a seis días vista. Normal para unos ciudadanos que van a votar cuatro veces en cuatro años, amén de que se tiene la sensación de que todo seguirá igual al temerse que los resultados serán parecidos y la formación de gobierno sólo saldrá para adelante con gobiernos de coalición, el asunto está en si realmente serán capaz de corregir actuaciones anteriores o seguirán comportándose como si los ciudadanos no saben votar y tienen que hacerlo hasta que les guste a ellos o consideren que se adapta a sus criterios.

Detalle del arroz con codornices:

Armando hizo un refrito que olía que alimentaba, al mismo le añadió las codornices que previamente las había pasado por la sartén para sellarlas y así las tuvo el tiempo requerido, que yo desconozco. Cuando fue el momento oportuno les echó el arroz y allí lo dejo los minutos correspondientes. Mientras tanto nos terminábamos los tomates, las rodajas verde claro de pepino,  los cilindros de puerro y algunos disfrutamos mojando sopas de pan en los diferentes aceites de las entradas cada uno de ellos enriquecido con el sabor diferente de la verdura aliñada.

A Emiliano también le dio tiempo de probar con largueza las entradas y hemos de insistir en lo que los Champiñones rellenos tuvo el impacto casi de primer plato, terminando con ellos estábamos cuando Armando dijo: ¡Esto ya está!, de manera que a la mesa formal.

El análisis político en general:

Algo quedaba del rastro de la ligera conversación de la impresentable situación política actual, como es habitual entro de lleno en ella y defiendo con pasión mis ideas de cómo imagino las soluciones, si bien hace tiempo que en las tertulias las inicio bastante menos.

Emiliano me dijo que me pasa como a su hermano, que al parecer también es pasional y exigente para que las cosas sean lo más acordes posibles para conseguir que la realidad sea la justa según los parámetros establecidos y aceptados por la gran mayoría de Estados. Dice Emiliano que a su hermano le recuerda que la mitad de España es de derechas y que hacemos los análisis olvidando esta realidad y quedándonos anclados en nuestra visión, con lo que opina que nuestros análisis no son completos e integrales y que eso comporta unos resultados equívocos de la realidad.

Le digo a Emiliano que posiblemente tenga razón, en cuanto a que mi esfuerzo de análisis se centre más en aquello que a mí y a mi clase nos afecta, así como al porqué ocurren esas cosas y las razones que puede tener la otra clase para condicionar de manera tan potente nuestras vidas.

En definitiva ambos, su hermano y yo, por lo que entiendo hemos de reflexionar sobre lo nuestro respecto a ellos y lo de ellos.

Pero, al menos yo, no lo veo así. Para mí, mi actuación está meditada y por ello creo que justificada mi forma de actuar. Viene a cuento y tiene cierta similitud lo que no hace mucho leí, al respecto, en las “Meditaciones” de Marco Aurelio (121 a. de C. a 180 a. de C. y tercero de los emperadores de origen hispano) según el cual todo en nuestra existencia depende de cómo se representan las cosas a uno mismo. La importancia capital no está en las experiencias vitales que nos afectan, sino del juicio interno que realizamos sobre las mismas.” O sea lo que yo deseo proyectar es precisamente eso y además me alegro que más o menos sea similar al juicio interno que realiza media España, al tiempo que dejo libertad plena a que la otra mitad exprese el suyo… Mal defensor sería, si yo intentara hacer mío sus juicios e intentar argumentarlos. Otra cosa es que los analice para comprender en lo que a mí y a nuestra clase nos afectan, constriñen, oprimen y violentan los sucesos que ellos provocan. En definitiva analicemos y argumentemos potentemente lo nuestro y que ellos lo hagan con lo suyo y dejemos a los historiadores que escriban la historia…

Choco-Flan con nata:

Más o menos en esto andábamos cuando Luis se levantó sigiloso y desapareció camino de la cocina, al poco con sumo cuidado abrió una bolsa y sacó la tarta que, al preguntarle cómo le denominaba, me respondió que “Choco-Flan con nata” nombre evidente, pero creo que inventado.

No era más que por ponerle nombre en esta crónica, porque lo que realmente nos importaba era comérnosla. La comimos y el que pudo repitió, los comentarios eran de elogios y Luis una vez más resultó victorioso. Sus postres tienen aprobación unánime y es una gozada terminar las comidas con ellos.

Le pregunté a Luis como le fue su reciente viaje por el sudeste europeo y nos comentó que fantástico aunque corto. Sigue siendo Europa, una Europa regia con magníficos edificios, nos dijo. Añade que ahora está preparando un nuevo viaje a un país en esa misma dirección Este, pero más lejano y hacia el Oriente, algo más exótico e importante demográficamente. Eso sí bastante desdeñado por el occidente más potente y también un poco loco.  Ya nos contará.

Las batallitas:

Quizás fue el situarnos en los países lejanos lo que nos hizo recordar aquellos primeros viajes a países lejanos de los empleados y trabajadores de las empresas españolas multinacionales, como por ejemplo las constructoras en las que trabajamos algunos de los presentes, y al tiempo recordamos las diferencias de los convenios de aquel tiempo con los actuales. Aquellos traslados temporales, de pocos años, eran razonablemente pagados por tener en cuenta la desubicación del trabajador, la separación familiar cuando la había o como se cubría y atendía económicamente si la familia acompañaba al trabajador. Esos perjuicios eran compensados mientras hoy da igual en qué lugar del mundo se te haga el contrato.

También recordamos que un alto porcentaje de traslados fuera del país eran realmente castigos camuflados y así fuimos objeto de ello desde Alfonso Macua hasta Gabriel y yo mismo y otros muchos, aunque los mencionados no aceptamos el traslado como castigo y el siguiente destino fue “La Calle”. Algunos aceptaron y ganaron dinero, pero reclamar la vuelta al origen era una utopía, la vuelta no se produciría jamás, el castigo era realmente hacerte un ser errante, y la insistencia el despido.

Alfonso se negó a aceptar “El principio de autoridad” que era prioridad en muestra empresa, y por tanto en base a él tenía que aceptar con resignación la purga del traslado, por haber participado en una huelga, en caso de negarse suponía el despido. Alfonso eligió “La Calle”.

Gabriel aceptó primero un traslado a Madrid como ascenso profesional, pero al poco en su incansable activismo sindicalista en la empresa consiguió otro traslado con destino “La Calle”. En paralelo fue teniente alcalde de Alcobendas y por razones, que no vienen a cuento, abandonó el puesto dimitiendo. Buscó trabajo y no lo encontró, aguantó por aquellas tierras que, siendo queridas, no eran las suyas ni la de su familia y al poco volvió a Sevilla en la que nada le fue fácil tampoco. Alberto le preguntó que quién era su referente político de aquella época por los madriles. Gabriel no lo dudó ni un instante y respondió: Llorente, Luis Gómez Llorente por su integridad, preparación, afabilidad y su empeño.

Un referente revolucionario de algún socialista:

Un detalle del que deseo dejar constancia a Gabriel y a su admiración común por este socialista es el referente político que tenía y que quedó recogido en un artículo del 9/10/2012 de El País “in Memoriam” del mismo: “Son años en los que la lucha por la democratización del sistema educativo van unidos al esfuerzo por estudiar la historia del socialismo español y profundizar en las grandes figuras de la socialdemocracia internacional, como Rosa Luxemburgo.” Rosa era la alternativa revolucionaria y no reformista desde su demandada democratización del partido comunista del momento. Por tanto sólo un detalle sobre este comentario: Rosa no era socialdemócrata, sino perteneciente al Socialismo Democrático (no es lo mismo).

En cuanto a un servidor, representante de personal de la misma empresa, sus logros sindicales no agradaron a esta y la propuesta de traslado fue Indonesia cuyas expectativas económicas ya han sido dichas, pero al igual que Alfonso y Gabriel dije NO. Por la razón que fuera la dignidad pesaba mucho y se defendía con rigor. De momento me dejaron en casa pagándome la nómina aún sin  trabajar ¿?.

No, no era un favor, la cuestión era que en esos momentos las regularizaciones de plantilla (siempre la regularización = despidos) eran una nueva estrategia empresarial, pero la normativa era exigente en las justificaciones de las empresas para hacerlas. En estos momentos la moda que se extendía era la del “outsourcing” o externalizaciones, el objetivo de las empresas era reducir las plantillas porque con ello reducían los gastos fijos de personal. Las empresas se lanzaron a los despidos masivos y lo pretendían con argumentos falsos o con pocos despidos pero frecuentes. Lo que pasaba, por otra parte, era que la Inspección de trabajo hacía un cómputo anual de despidos y si las empresas superaban lo estipulado eran multadas. Por ello las empresas necesitaban que los despidos fuesen voluntarios –no contabilizaban como falsas regularizaciones- y esa fue mi baza a jugar “O doble o nada”. Exigí el doble de lo que correspondía en un despido normal… Tres meses aguanté en casa cobrando sin trabajar, táctica que también utilizaba la empresa para que el trabajador fuese perdiendo la esperanza de volver al puesto y a sabiendas que tampoco era mucho el tiempo que mantendrían esa situación buscaban trabajo por otros lados. Muchos cedían y por poco dinero más aceptaban el despido voluntario, pero yo no y después de varios intentos en los que mantuve la postura cedieron por lo exigido, eso sí sin más remedio “La Calle”.

Todos pudimos comprobar, con estos recuerdos, con estas batallitas el cambio abismal producido en las relaciones laborales… para peor.


Antonio

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