lunes, 27 de febrero de 2012

Cierre de la parte impresa del diario Público


Ya no serán iguales las mañanas de los sábados y domíngos, el camino al kiosko con Lola y tomar un ejemplar de ese pequeño montón comparado con el de El Pais, El Mundo o ABC... empezarlo en el camino hasta El Faro de Triana y entremezclar tareas de lectura y comentarios con el café y tostá con jamón y aceite de oliva, ya no será lo mismo. El papel, para mí, es el papel... doblar las páginas, ver los titulares y seleccionar cual es el primero a leer con detenimiento, la sorpresa de ese artículo del que nadie habla y todos esconden. ¡Mira Lola ya lo han detectado y publicado!. Era de esperar, la sintonía, de preocupaciones de sucesos raros sin un sustento claro, con Público es cuando menos curiosa.

El declive del diario Público es notorio y pese a apoyos expresos de intelectuales y gente de todos los ámbitos el futuro inmediato del periódico está lleno de nubarrones... no se encuentran inversores, ¿Quién invierte en esos otros diarios de mínima tirada? O es que esa inversión es rentable en su des-información tendenciosa. Público es un diario  necesario para mantener la diversidad de opiniones y la democracia de un país, pero los que tienen el dinero creen que lo que pudiesen ganar, sería difícil de justificar respecto al conocimiento que adquiriría la gente que lo leyese.

Magníficos artículos he leído en Público con análisis no utilizados en el resto, así como temas y asuntos que no aparecen, nuevas tendencias y propuestas de vanguardia que no forzosamente deben ser las mejores soluciones, pero sí que abren iniciativas novedosas e incluso con sus posibles riesgos, pero es que así debe ser la vida, así la entiendo yo, una vida que tenga por delante una continua búsqueda hacia una utopía de mejora de la  igualdad, la participación, y la solidaridad en lo económico y social, sirva como ejemplo uno de los últimos artículos en papel, el del sábado día 4 en el que leí uno de esos artículos de los personajes de todo el mundo con los que Público conecta y que no tienen desperdicio: “Esta izquierda huele a derechas”, en este caso se trata de Raffaele Simone y su libro ‘El monstruo amable. ¿El mundo se vuelve de derechas?’, donde reflexiona sobre la incapacidad de las fuerzas progresistas para dar soluciones a los problemas de la actualidad...


Que al menos perdure en lo digital, sólo que será más soso el desayuno y sobre todo más aburrido.

Antonio
 

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